De Lalín a Quebec para aprender de los mejores

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel Souto

El lalinense Avelino Souto Rozados partirá para Canadá, donde estará seis meses compitiendo e incrementando su formación

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Avelino Souto Rozados tiene dieciocho años y desde que tenía dos lleva pisando los concursos de manejadores de ganado y sumando premios, muchos de ellos internacionales. Ahora va a dar un nuevo salto en su carrera y en mayo viaja a Quebec para pasar allí seis meses y aprender de los mejores. Para Avelino Souto, Quebec es como Hollywood para un actor. Explica que «alí están os mellores preparadores, Quebec é a nai dos concursos». Los seis meses los pasará con una familia y aprovechará ese tiempo para formarse y competir.

La oportunidad, explica, le surgió a través de un contacto que le ofreció la oportunidad de ocupar una plaza como español. La previsión es irse el 1 de mayo y volver en octubre. Afronta este nuevo reto con ilusión, aunque «vou botar moito de menos á familia, os amigos e... perdo todo o verán». Sus amigos, bromea, ya le prometieron mantenerlo al tanto con vídeos y fotos de cuanta verbena haya si hace falta. Al preguntarle cómo lleva lo de los idiomas asegura que «en francés deféndome, pero en inglés bastante mal». No será su primera experiencia así. Entre los sitios a donde fue, el que más le gusta es la región francesa de Laval, donde estuvo de Erasmus tres semanas el año pasado y se queda con Francia y Bélgica y su estilo de vida.

Su primer concurso lo vivió en Lalín con dos años, fue un mes de julio y no cumplía los tres hasta septiembre. Fue de la mano de su padre. Desde ahí, explica, «fun indo aos concursos de Lalín, a Silleda, e logo cando xa tiña dez ou once anos xa empecei a ir a cursos, a profesionalizarme e logo xa fun a Italia, a Francia, a Bélgica... ata agora que tamén vou a pasar o charco».

En su casa, la familia propietaria de la ganadería Midón, siempre hubo vacas y tiene claro que su futuro «vai ser coas vacas. De que maneira, iso non o sei, o que teño claro é que será con elas». Aunque una de sus aficiones es viajar, otra de las cosas que tiene también muy claras es «de Lalín non me vou a ir» y que su vida va a estar «no meu pobo».

Con él empezaron otros muchos cuando era pequeño, pero en Deza -señala- que «solo prendeu en mín a afición, cando mín eramos catro ou cinco que íbamos de pequeniños, pero solo quedo eu».

Lo que más le gusta, apunta, son «os preparativos do concurso, preparalas alí e preparalles as ubres e o de manexador e o que menos me gusta é o de pelado». Para esta última disciplina, en la que quedó tercero de Europa, disponen de dos horas para con el uso de lacas, cuchillas, tintes y demás cortar el pelo a las reses «como unha perruquería pero para as vacas».

Chavela y Melis

Además de los concursos, sus estudios están vinculados a su pasión. Estudió el ciclo de Producción Agropecuaria en Fonteboa, en Coristanco, y a su regreso de Canadá iniciará el ciclo superior de Sanidad Animal. Cuando habla se nota su amor por los animales. En ordeño tienen en la ganadería familiar de Barcia entre 45 y 50 vacas. Entre sus favoritas están Chavela, que «desde pequeniña con tres meses xa competía con ela» e Melisa, que «sempre anda detrás dun na cuadra». «Na miña casa, as vacas non son simplemente vacas, cada unha ten o seu nome e a súa historia detrás, desde que nace, acórdaste de quen era a súa nai, a súa aboa, o que pasou aquel día... forman parte da nosa vida», afirma. «Moitas veces vacas que non son rentables aínda están aquí, aínda agora hai unha que é moi velliña e está aí ata que un día aparezca morta, esa vaca noutra explotación estaría no matadoiro», asegura.

Desde pequeño siempre le encantaron los animales. Su casa, comenta entre risas, era conocida «como o zoolóxico de Barcia». Explica que durante una temporada «tiven cáns, gatos e vacas, que ata aí o dunha casa normal» pero a los que se sumaron «ovellas, cabalo, periquitos, loros, coellos, polos, quicos, e tivemos un corzo que o atropellaron en Meira e meu pai tiña a furgoneta e lle dixo si o podía traer para casa, e deronlle e chorei porque non quería que o mataran pero o mataron e comeronno». Lo mismo le pasó con una cabra. Cuenta que «un veciño deume un cabrito, Copito, e crieino a biberón e un día cheguei e estaba colgado na bodega», señalando que «aquí ten habido de todo».

A Avelino Souto se le da bien casi todo. Buen estudiante, además de premios relacionados con el manejo del ganado, cosechó también numerosas medallas de chaval como atleta, una afición a la que sumaba también la natación. Como corredor empezó con siete años, ganó en Silleda, en 1.500 en Galicia, en 80 vallas y competía aunque «agora xa non corro o mesmo, porque tampouco teño tempo, a vida non me da para máis», afirma.

TRayectoria

Una larga lista de galardones. Fue tres veces gran campeón absoluto de Feiradeza, uno de GandAgro, campeón en Muimenta, dos veces campeón nacional, campeón de Europa en 2013, campeón de morfología de Europa en 2015 y tercero de Europa en pelado en 2015. En el 2016 trabajó en el segundo mejor grupo de Europa en la escuela de Bélgica de Batiste y ese mismo año estuvo en una escuela de jueces en Portugal y obtuvo un 98,62 %, con diploma especial y la máxima puntuación de la escuela. Unos galardones a los que se añaden otros de campeón en la categoría correspondiente a su edad.