Venden en Lalín un premio de 150.000 euros por dos de inversión en un rasca de la ONCE: «O rendemento é asombroso»
LALÍN
«»«»Hay días en los que a uno la suerte le sonríe especialmente y para un cliente habitual del vendedor de la ONCE, José Antonio Brea Lorenzo, ese fue el pasado jueves. Compró un rasca X10 por el que pagó dos euros y se lleva un premio de 150.000 euros. Brea explica que «pasou por aquí, mercouno e díxome que o ía a rascar na casa». A la media hora, «apareceu dicindo que cría que tiña premio. Eu paseino pola máquina e xa me saía que se pagaba nun centro autorizado co cal xa me din conta que máis de 500 euros era; mireino coa pouca vista que teño pero cando lle ía a explicar o procedemento para facer efectivo o premio, empezou a chegar xente e foise», añade.
Cuando regresó se enteró de la pequeña odisea vivida. Y es que para no esperar, el propietario del rasca premiado se fue primero a Banco de Bilbao donde le dijeron que allí no se podía cobrar, y después al Sabadell, que está al lado, y donde recibió la misma respuesta.
Una vez que pudo hablar con Brea, este ya le explicó que en Pontevedra el convenio de la ONCE para el pago de los premios era con Abanca. Le recomendó que en vez de preguntar en ventanilla, lo hiciera a un gestor buscando un poco más de discreción. Así lo hizo y ahora, una vez que fue verificada la autenticidad del rasca ante notario siguiendo el procedimiento habitual, recibirá el dinero.
Este vendedor estradense que empezó a trabajar para la ONCE en A Bandeira y ahora lleva ya años en Lalín, está encantado con poder dar un premio como este y espera poder seguir dando más. Hasta ahora ya dio uno de 7.500, otro de 10.000 y uno de 30.000 euros. Y lo mismo de encantado estaba su cliente. Y es que por dos euros «o rendemento é asombroso», apostilla José Antonio.
Desde que está en Lalín, este estradense se ha ganado el cariño de todos los vecinos y no tiene ninguna queja de su abundante clientela. Por A Bandeira y Silleda dejó también muchos amigos y conocidos muchos de los cuales paran en Lalín a comprarle el cupón. Reconoce que ya se siente en parte lalinense. «teño o corazón partido como di a canción», asegura. La única pega que le pone es estar lejos de casa pero, por lo demás, asegura que se siente muy a gusto y que no tiene ninguna pega destacando la buena acogida recibida y el cariño que le siguen brindando los vecinos cada día.