Los alcaldes franquistas abrazan la democracia

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

SILLEDA

GUSTAVO RIVAS

35 regidores de la provincia dimitían de sus cargos en 1979 para presentarse a las primeras elecciones

26 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El 3 de abril de 1979 todos los españoles mayores de 18 años fueron convocados a las urnas para elegir a los primeros alcaldes democráticos del nuevo período constitucional. A aquellos comicios municipales se presentaron 35 exalcaldes de otros tantos ayuntamientos de la provincia de Pontevedra.

Fue el 25 de febrero de ese mismo año cuando estos regidores tuvieron que dimitir de sus cargos para poder presentarse a aquellas elecciones. Todos ellos procedían, directa o indirectamente, del régimen franquista. Algunos habían sido designados por el gobernador civil de la provincia antes de 1975 y presentaban un largo recorrido en la política municipal, como era el caso de Casimiro Fernández Otero, alcalde de Silleda entre 1957 y 1966, o Manuel Crespo Vázquez, regidor en Dozón desde 1950, el más veterano de todos ellos.

Otros salieron de la elección de sus propias corporaciones, método empleado tras la muerte del dictador Francisco Franco en noviembre de 1975 para blanquear los ayuntamientos a la espera de las elecciones. En cualquier caso, ninguno de los 35 alcaldes dimisionarios sabían lo que era un sufragio universal más allá de lo que le dictase su propia curiosidad.

Dieciocho de aquellos alcaldes se presentaron ante las urnas encabezando la lista de la Unión de Centro Democrático (UCD). De todos ellos, trece consiguieron revalidar sus anteriores cargos con el respaldo de las papeletas de sus convecinos. Ahí estaban Germán Rodiño González (Meaño), Leopoldo González Agís (Sanxenxo), Jesús Durán Martínez (A Estrada), Manuel Lamazares Pardo (Rodeiro), Casimiro Fernández Otero (Silleda), Sergio Iglesias Pazos (Vila de Cruces), José Ramón Abal Varela (Cotobade), José González Ameijeiras (Cuntis), José Piñeiro Ares (Pontecesures), César Mera Rodríguez (A Cañiza), José Costas Díaz (Covelo), Julián Troncoso Montero (Mondariz-Balneario), Modesto Valverde Soto (Nigrán) y Alejo Real Fragueiro (Pazos de Borbén).

Cuatro de los exalcaldes incorporados a una lista de la UCD de Adolfo Suárez no consiguieron refrendar con los votos sus cargos anterior. Fueron los casos de Alfredo Bea Gondar (O Grove), que sí lo conseguiría en las elecciones de 1983; Ramiro Corujo Viaño (Catoira); Manuel Estévez Castro (Portas); y Manuel Tomiño Parada (Ponte Caldelas).

Otro bloque importante de aquellos primeros ediles herederos del franquismo probaron suerte en las urnas desde una lista independiente. Fueron trece, aunque solo mantuvieron la alcaldía, ya con tintes democráticos, diez. Casi todos ellos tuvieron una larga vida política. Estos alcaldes de largo recorrido fueron Jorge Luis Jorge Caramés (Cerdedo), Manuel Brea Porto (Forcarei), Manuel Crespo Vázquez (Dozón), Juan Reboreda Enríquez (Mondariz), José Castro Álvarez (Ponteareas), Olegario Rodríguez Pérez (Mos), José Luis Rodríguez Méndez (O Rosal), José Manuel Fernández Rodríguez (Salceda de Caselas), Benigno Rodríguez Quintas (Baiona) y José Luis de Lis Costas (Gondomar). Uno de estos alcaldes, José Manuel Fernández Rodríguez, Chicho, había accedido a la alcaldía de Salceda en 1976 a los 25 años de edad, siendo en ese momento el alcalde más joven de toda España.

Los independientes que no alcanzaron sus objetivos fueron Luis Yebra Pimentel (A Golada), Joaquín Queizán Taboada (Pontevedra) y Constantino Lamoso Couso (Vilaboa).

Curiosamente se dio la circunstancia de cuatro alcaldes surgidos del franquismo que se presentaron en diversas listas electoras en abril de 1979, pero sin encabezarlas. Así fueron los casos de José Luis Nogueira, que iba de número dos en la lista de UCD en Vilagarcía de Arousa; Juan Dorgambide Ibarreche, situado en el número 3 de UCD en Vilanova de Arousa; Luis González Taboada, en el número 4 de Coalición Democrática en Lalín; y Manuel Frade Couñago, que aparecía en el número siete de UCD en Fornelos de Montes.

El caso es que no pocos de aquellos alcaldes mantuvieron la confianza de sus vecinos en sucesivas convocatorias electorales. El cañicense César Mera, que llegó a presidir la Diputación de Pontevedra, ganó todas las elecciones a las que se presentó hasta el 2007. Su vecino en la comarca de A Paradanta, José Costa, le superó al mantenerse en la alcaldía de Covelo hasta el 2014, año en el que se retiró de la vida pública.

La práctica totalidad de estos políticos locales acabaron amparados por las siglas del Partido Popular, aunque antes de su definitiva refundación pasaron por su heredera directa, la Alianza Popular de Manuel Fraga, y por algunas candidaturas independientes.