El fin de la cuota obligatoria pone en jaque a las cámaras de comercio gallegas

Mario Beramendi Álvarez
m. beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Las entidades han visto caer sus presupuestos entre un 25 y un 80 %

25 jun 2012 . Actualizado a las 10:25 h.

Las nueve cámaras de comercio que hay en Galicia se financian este año con unos presupuestos que son entre un 25 y un 80 % inferiores a los que aprobaron en el 2011. El fin del pago obligatorio de las cuotas camerales que abonaban las empresas, debido a un decreto aprobado por Zapatero y que entró en vigor el pasado año, ha colocado a las entidades camerales contra las cuerdas en plena crisis económica.

Las instituciones de Vigo y A Coruña han visto reducidas sus cuentas un 30 %, y en Vilagarcía han caído hasta un 80 % en apenas un año. Esto ha obligado a algunas instituciones a rescindir contratos de arrendamiento, a recortar drásticamente el gasto de personal con la bajada o congelación de salarios, y a prescindir de trabajadores mediante prejubilaciones y no renovaciones de temporales, como ha ocurrido ya en la cámara compostelana.

Una nueva realidad que las propias entidades tratan de afrontar con la generación de ingresos por nuevos servicios prestados y un cambio radical en la promoción de eventos. Es el caso del certamen de moda Pontus Veteris, que se ha caído del calendario ferial pontevedrés por vez primera.

Nueva estrategia

«Se acabaron los tiempos de las ferias y de las películas que no eran más que humo, se está apostando por los sectores productivos de la comarca», sostiene Miguel Falcón, presidente de la Cámara de Vilagarcía.

Antes de que estallara la crisis, en la época de vacas gordas, las nueve cámaras -Galicia tiene más que el País Vasco, Valencia y Madrid juntas- movían casi 20 millones de euros de presupuesto. Hoy son algo más de 13 millones, una caída del 35 %.

El futuro inmediato no resulta nada alentador. Las cámaras son jurídicamente entidades de derecho público, pero se han quedado sin el amparo de la Administración para financiarse desde el decreto que Zapatero aprobó en diciembre del 2010.

El apoyo a los emprendedores, los servicios especializados a empresas de la zona y el comercio exterior han sido las piedras angulares de unas instituciones que afrontan un horizonte incierto por el impacto de la crisis y por el solapamiento de sus servicios con los de otras organizaciones.

«A cámara será o que os propios empresarios queiran que sexa», sostiene Celso Barbosa, presidente de la institución ourensana. La Administración autonómica ha tratado en fechas pasadas de alentar las fusiones, pero siempre vinculadas a uniones voluntarias. El resultado es que en Galicia hay nueve entidades, cuatro de ellas en Pontevedra.

Cámaras investigadas

En esa provincia, por ejemplo, la noticia ha saltado por otros motivos. El fiscal de delitos económicos está analizando la documentación remitida por la cámara pontevedresa sobre los pagos efectuados a una empresa brasileña que se ocupaba en los últimos años de organizar los eventos relacionados con la misión comercial en este país.

Con todo, la Xunta destaca el enorme esfuerzo que han hecho las cámaras para ajustar sus gastos y el trabajo que desempeñan en servicios especializados en función de los sectores de cada comarca. Industria recuerda que las cámaras tienen ocho viveros de empresas y desarrollan una labor fundamental para asesorar a emprendedores.

Información elaborada con aportaciones de María Vidal (A Coruña), Beatriz Couce (Ferrol), María Hermida (Ribeira), Susana Luaña (Vilagarcía), Fina Ulloa (Ourense), Dolores Cela (Lugo), Soledad Antón (Vigo), Patricia Calveiro (Pontevedra) y Mónica Torres (Baiona).