El grueso de la plantilla de Antalsis pide la baja tras meses sin cobrar

Xosé Vázquez Gago
Xosé V. Gago A CORUÑA / LA VOZ

ECONOMÍA

La constructora está en preconcurso y adeuda miles de euros a 51 empleados

25 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Un total de 51 trabajadores de la constructora Antalsis han pedido la extinción de sus contratos después de que la empresa dejase de pagar sus nóminas en enero. Se trata del grueso de la plantilla, formada por 44 empleados en su central de A Coruña y 15 en Madrid. Además, la firma dejó de abonar gastos y dietas en noviembre del 2013, y adeuda a algunos trabajadores miles de euros en esos conceptos, según explica Catarina Capeáns, la letrada que representa a 34 operarios en A Coruña.

Antalsis está en preconcurso de acreedores. En el 2012 tuvo un volumen de negocio de 43 millones que la situaban como quinta constructora de Galicia. La empresa reconoce que no ha podido pagar desde enero y achaca lo ocurrido a problemas de liquidez por impagos de sus clientes, entre los que se incluye la Xunta. Según sus cálculos, los pagos pendientes superan los cuatro millones.

La reclamación de los trabajadores representados por Capeáns ya ha llegado a los tribunales, pero con la actual legislación laboral tendrán difícil recuperar íntegro lo que reclaman.

Si les dan la razón, cobrarían 45 días por año con un máximo de 42 mensualidades. Pero si la compañía entra en concurso de acreedores, o si carece de patrimonio para hacer frente al dictamen judicial, deberán acudir al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), que no les compensará de acuerdo al sueldo que percibían, sino del doble del salario mínimo y con un máximo de 30 días por año y doce mensualidades.

Es decir, perderán más de la mitad de lo que les correspondía, explica la letrada. Además, el Fogasa tarda en la actualidad unos 17 meses en pagar, pero no percibirían ningún interés por ese retraso en el cobro.

Los empleados, que recuerdan que la empresa es una contratista habitual de la Administración pública, han emitido un comunicado en la que le exigen «medidas» para cobrar las cantidades que les adeudan.

Fuentes de la plantilla explican que desde enero apenas hay actividad, aunque el parón fue total a partir de febrero, cuando se frenaron obras y se reconocieron los problemas a los proveedores. Hasta la fecha, la empresa solo ha despedido a unos pocos trabajadores temporales. Está previsto que en mayo comience la negociación de un ERE mientras que la firma insiste en que está haciendo lo posible para conseguir liquidez.