El rescate sí tuvo un precio: cada español asumió 3.600 euros

L. Doval

ECONOMÍA

El Estado ha aportado más de 167.460 millones para la reestructuración financiera . El Gobierno contrapone el ahorro en intereses de la deuda pública

27 jul 2014 . Actualizado a las 21:24 h.

La reestructuración del sistema financiero no le ha salido gratis a los españoles, por mucho que el ministro Luis de Guindos remarcase en junio del 2012, después de anunciarse el rescate a la banca, que esta inyección internacional de fondos no le costaría «ni un euro» a los contribuyentes. El último ejemplo ha llegado con la venta de Catalunya Banc, una entidad nacionalizada en la que se inyectaron 12.600 millones, de los que solo se recuperarán 780 tras su adjudicación al BBVA, según las primeras estimaciones.

Pero esto solo es el último capítulo de un proceso que comenzó en el año 2009. Desde entonces, según las cifras reconocidas por el Banco de España, se han inyectado más de 61.300 millones, aunque en esa cantidad solo se computan las inyecciones directas en forma de capital que han recibido las entidades con dificultades. Pero las ayudas públicas han ido mucho más allá. De hecho, en un reciente informe el Tribunal de Cuentas cifraba la aportación pública a la banca en 108.000 millones de euros, aunque solo computaba las aportaciones realizadas hasta el 2012, por lo que faltaban las operaciones realizadas desde entonces.

La Federación de Servicios de UGT, que incluye en su cálculo los datos del ejercicio 2013 -recopilados del Banco de España, el FROB, el Tesoro y la Sareb-, eleva a 167.460 las ayudas públicas a la reestructuración financiera. Un montante en el que incluye, siguiendo el criterio fijado por la Comisión Europea, los 28.600 millones comprometidos en esquemas de protección de activos, los 3.100 millones en líneas de liquidez, los 22.800 por la participación estatal en los activos adquiridos por el banco malo (el resto del accionariado de la Sareb está en manos de las propias entidades financieras) o los avales por importe de 51.500 millones que el Estado ha ofrecido para la emisión de deuda bancaria, en el que asume el riesgo de cargar con las pérdidas en caso de impago.

En total, si se reparte la carga entre los 46,5 millones de españoles, cada ciudadano habría aportado, entre ayudas directas y avales, 3.600 euros a la reestructuración del sistema financiero español, de los que apenas una tercera parte corresponden a inyecciones directas de capital. Y, de momento, poco es lo que han recuperado, apenas 4.472 millones, mientras que ya se pueden dar definitivamente por perdidos más de 26.000.

Ahorro en deuda

Antes esta realidad, el ministro de Economía ha acabado por reconocer esta semana, dos años después, el coste del proceso para el contribuyente, que ha justificado en el hecho de que en el 2012 era «imposible» que los bancos españoles se financiaran fuera, debido a la percepción de «incertidumbre y volatilidad» que generaba la economía española.

De Guindos, que se muestra optimista con la posibilidad de recuperar otra porción de las ayudas gracias a la venta de la participación que aún ostenta el Estado en entidades nacionalizadas, contrapuso el coste de la reestructuración financiera con el ahorro que este proceso ha permitido, por su contribución a la estabilización económica, especialmente por la rebaja de los intereses de la deuda pública, que cifró en 14.000 millones.