El mejillón por el que Francia lanzó la alerta puede ser holandés y no gallego

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

ECONOMÍA

Tras advertir las autoridades galas de una presunta intoxicación por bivalvo español, las de Países Bajos reconocieron que distribuyeron a ese país molusco con toxina

23 ago 2014 . Actualizado a las 15:23 h.

La alerta sanitaria lanzada por Francia, en la que las autoridades galas advierten de que se retiró del mercado una partida de mejillones gallegos porque este producto es sospechoso de haber intoxicado a 60 personas, puso ayer patas arriba a toda la cadena del bivalvo en un momento de histerismo porque está prohibida la extracción en casi toda Galicia a causa de la toxina. Desde la Xunta al último bateeiro pasando por depuradores, cocederos y exportadores hubo un sinfín de reacciones. Todas ellas parten de una misma idea: Francia lanzó esa alerta sin acreditar que la intoxicación la produjo el producto de las bateas gallegas y sin aclarar si, en caso de que el culpable fuese este, si tenía toxina o no. Por si con esto fuese poco, conforme fue pasando el día, el sector se fue haciendo eco de otra cuestión peliaguda: un día después de que Francia lanzase la advertencia, Holanda enviaba otra en la que, precisamente, reconocía que distribuyó en el mercado galo mejillón con toxina no identificada.

Ayer por la mañana, y después de que los bateeiros desayunasen con la mala noticia de que Francia, el segundo importador más importante para el sector, lanzaba una alerta sanitaria sobre su producto, la conselleira Rosa Quintana habló claro. Dijo que no es la primera vez que un país de la UE relaciona el mejillón de Galicia con una intoxicación, y que hasta ahora nunca pudieron demostrarla. Afirmó que Francia «aínda está empezando a facer as analíticas para ver se hai presenza de toxina lipofílicas neses mexillóns, así que igual esta nova alerta queda en nada».

Quintana afirmó que da la sensación de que lo más fácil cuando hay una intoxicación en ese país es achacarla al mejillón gallego. Y que lo que está haciendo la Xunta es revisar la trazabilidad del bivalvo retirado del mercado, es decir, comprobando su procedencia. Señaló que esa labor aún está a medias pero que de momento el bivalvo del que se contrastó su origen procede de polígonos sin toxina. La conselleira no dijo ni una sola palabra de la alerta sanitaria que, solo unas horas después de que las autoridades francesas pusiesen el dedo en la llaga del mejillón gallego, lanzó Holanda reconociendo que ellos sí habían introducido en el país galo mejillón con toxina.

Luego, Juan Maneiro, secretario xeral de la Consellería de Mar, reconoció que el sector sí le puso al tanto de esta espinosa cuestión. E indicó que establecer relación entre estos dos hechos de momento es demasiado prematuro.

La polémica depuración

En el sector cundía ayer el pesimismo por el hachazo dado a la imagen del producto. Representantes de los bateeiros, como el presidente de Amegrove, Francisco Padín, indicaban que es necesario que la consellería pida responsabilidades a Francia porque «estanse cargando o noso produto por unha sospeita». Padín, al igual que hizo Francisco Alcalde, presidente del consejo regulador del mejillón, insistía en que los franceses tienen obligación de analizar el producto antes de ponerlo en el mercado -la mayoría del bivalvo va sin depurar y ese paso se da allí-.

Unos y otros, productores y exportadores, hablaron de qué se hace con el mejillón fuera de nuestras fronteras. Frases como las pronunciadas por Javier Lorenzo, responsable de una firma que envía moluscos a Francia, no dejan lugar a muchas dudas: «As depuradoras de alí están moitos pasos por detrás das nosas, algunhas son bochinches. Ademais a Francia chega mexillón doutros países e absolutamente ningún vai tan ben como o noso. De feito, a nosa empresa e outras do sector en canto hai toxina paramos de traballar». A mayores, distintas voces apuntaban a que a veces se cuelga el bivalvo gallego en el mar francés y este acaba en malas condiciones.

En un sector en plena esquizofrenia, no faltaba quien buscase al enemigo en casa. A lo largo del día se apuntó tanto a que la partida retirada del mercado en Francia pudo salir de la ría de Vigo como de la de Arousa. Se habló de si es posible que se llegase a exportar con toxina. Y la respuesta, desafortunadamente, y pese a negarlo la Xunta, era sí. «Os piratas que colgan mexillón de polígonos pechados noutros abertos para vendelo existen», se oyó decir ayer.

La Xunta recuerda que ningún país ha logrado relacionar una alerta con el mejillón gallego