Peugeot Citroën se afianza en China con su cuarta fábrica pero se repliega en Europa

m. s. d. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La nueva planta abrirá en el 2016

27 ago 2014 . Actualizado a las 10:29 h.

PSA Peugeot Citroën ya tiene la autorización para construir su cuarta fábrica en China y continuar así su ofensiva sobre el mercado asiático, en el que está obteniendo sus mejores resultados de ventas, frente al descalabro europeo de los últimos dos años.

La ciudad de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, será la sede de la fábrica, que contará con una inversión de 12.300 millones de yuanes (1.500 millones de euros), y una capacidad anual de producción de 320.000 vehículos, según la comisión provincial de desarrollo y reforma de Sichuan, que aprobó este lunes el proyecto.

El pasado mes de marzo, el grupo PSA y su accionista de referencia, Dongfeng, se comprometieron a alcanzar una producción conjunta de 1,5 millones de vehículos en China en el 2020, y parece que van por buen camino.

La alianza Dongfeng-Peugeot Citroën (DPCA, por sus iniciales en inglés) iniciará la construcción de la factoría asiática este mismo año y el primer automóvil saldrá de la línea de producción a finales del 2016.

La sociedad DPCA cuenta en la actualidad con tres fábricas en la ciudad de Wuhan (capital de la provincia de Hubei), que suman una producción anual de 750.000 vehículos.

En la presentación de los resultados financieros semestrales, el pasado mes de julio, Carlos Tavares, primer ejecutivo de PSA, destacó que hasta junio sus matriculaciones en China y el sureste asiático ascendieron a 360.000 unidades, lo que representa un incremento interanual del 27,7 %.

PSA, que también tiene otra empresa mixta en China junto con el fabricante local Changan, en Shenzhen (provincia de Cantón), ha optado por volcarse cada vez más en el mercado chino, ante sus dificultades económicas, consecuencia de la crisis económica que traviesa Francia y su falta de gancho comercial en Europa, en donde el mercado tampoco da mucho más de sí.

Ajuste en Francia

La fuerte caída de sus ventas en el último lustro y sus problemas de liquidez (llegó a alcanzar una deuda neta total de 3.000 millones dólares) llevaron a la multinacional francesa a aceptar la entrada de Dongfeng y del propio Estado en el capital para evitar la quiebra.

Esta expansión asiática contrasta con el repliegue que el grupo que preside el portugués Tavares está haciendo en Europa, en especial en Francia, en donde acaba de cerrar una fábrica (Aulnay) y reducido la capacidad de producción de sus fábricas de Rennes, Poissy y Mulhosue.

También la factoría española de Villaverde (Madrid) está siendo objeto de recortes, con un solo vehículo en producción, mientras que Vigo aguarda la adjudicación de un nuevo modelo a finales de este año que evite un ajuste más drástico.