Luis María Linde anduvo con pies de plomo cuando le tocó hablar de las pensiones. Defendió el sistema actual y, sin duda, «España debe mantenerlo».
Sin embargo, a renglón seguido, explicó que los factores de sostenibilidad de estas prestaciones repercutirán en una reducción de su cuantía ante el declive demográfico que se avecina. Es decir, dentro de unos años los jubilados cobrarán menos que los de ahora.
Por ello, el gobernador del Banco de España lo tiene claro: hay que aconsejar a los jóvenes, al igual que hacen los países más avanzados, que contraten cuanto antes un plan de pensiones. Él se lo aconsejó a su hijo, que tiene trabajo -reconoció-, «pero en el extranjero», apostilló.
Tampoco se mostró muy a favor de que España tenga que optar por una subida del IVA para incrementar la recaudación y reducir el déficit. «Es una posible medida, pero hay otras», precisó hasta en dos ocasiones, conocedor de lo negativamente que puede afectar un incremento de impuesto en el consumo de las familias españolas y, por lo tanto, en el negocio de las empresas.
En otro momento de su intervención, el gobernador del Banco de España no dudó en destacar que lo que ha ocurrido en Europa «es un milagro» solo visible con la perspectiva que da el tiempo. «En 30 años -sentenció- los avances fueron inimaginables, y aunque en la vida no está nunca todo garantizado, todos los actores de la UE saben el coste que tendría dar marcha atrás al camino andado. Esa es precisamente la gran garantía para que no ocurra». Por ello no cree que se rompa Europa, que los socios del viejo continente opten por abandonar el euro. La UE, dijo, avanzará en sus políticas de unificación, y el gran asunto pendiente es la política fiscal.