El Bazar de Villar, una de las jugueterías más emblemáticas y antiguas de Santiago, dirá adiós al casco histórico. El bazar inició su vida comercial en 1865 y el próximo febrero cerrará sus puertas. Manuel Villar, su actual propietario, ya tenía claro que la última campaña de Reyes sería la del 2014.
-¿No fue posible un acuerdo para seguir más tiempo?
-No hubo lugar a negociación, porque el propietario quiere el local para él. Se trata de un lugar bueno, muy bueno, y quiere montar un negocio de recuerdos que llevará su hija. Así que no era posible llegar a ningún acuerdo. Como sabía que sería así, ya empezamos a buscar nuevo local para la juguetería.
-¿En el casco histórico?
-No, imposible. Las rentas siguen siendo exageradas y, además, en el casco viejo no hay niños. Abriremos otra juguetería en el Ensanche y, aunque tengo algo, prefiero reservar la ubicación hasta que todo esté seguro.
-Cuando se habla de rentas antiguas, ¿se está hablando de cantidades irrisorias o de eso ya no queda?
-Creo que de aquello de cien pesetas no hay nada; ahora en Santiago hay muchos negocios afectados. Claro que nos acordamos ahora, como con Santa Bárbara, pero esto se sabía desde hace años. Esta ley también tiene un lado bueno y es que, con esas rentas, no podías hacer ninguna reforma y ahora se empezarán a renovar locales.
-En la misma calle tiene otros dos locales, ¿también tienen fecha de caducidad?
-Los otros dos locales podrán seguir hasta el 2020, porque cuando salió adelante la ley se ofreció la posibilidad de convertir el negocio familiar en una sociedad. Entonces, se hizo el cambio para los dos comercios de recuerdos, y por eso la ampliación de cinco años.