La OCDE resucita el fantasma de la deflación

MERCEDES MORA REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

26 nov 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

La OCDE lo tiene claro. La rémora más pesada a la que se enfrenta el crecimiento mundial se llama eurozona. Puede que el club del euro haya sorteado la recesión, pero dirige sus pasos hacia otra suerte de precipicio: el de años de estancamiento económico. Un escenario especialmente dañino para países con niveles desesperadamente altos de desempleo y deudas elevadas, entre los que se encuentra España.

Dicen los expertos de la organización, ahora comandados por la estadounidense Catherine L. Mann -la nueva economista jefe de la OCDE-, que no hay tiempo que perder. Que, sí o sí, a la eurozona le ha llegado la hora de la heterodoxia. De las medidas no convencionales. Solo así evitará el estancamiento y alejará el peligro de «una verdadera deflación». Una caída persistente y prolongada de los precios dificultaría -todavía más- el pago de la deuda, desincentivaría el consumo y la inversión empresarial. Y eso acabaría en otra recesión y más paro. Mejor no pensarlo.

Para empezar, aconseja la OCDE algo de manga ancha en el ajuste fiscal. Esto es, agarrarse como un clavo ardiendo a las excepciones que prevé el sacrosanto Pacto de Estabilidad y Crecimiento. No en todos los casos, pero sí en Italia y Francia, cuyos planes presupuestarios hasta bendice.

Y, sobre todo, lo que recomienda la organización es que el BCE se deje ya de discursos y pase de una vez a la acción. Con mayúsculas: compras de deuda pública, al estilo de la Reserva Federal. Esas que levantan sarpullidos en Alemania.

Unos 700.000 millones

Incluso le sugiere cifras. «El BCE tendría que hacer una compra de bonos equivalente al 7 % del PIB de la zona euro». Esto es unos 700.000 millones de euros, para sumar un 1 % al PIB de los Dieciocho. A ver qué opina el BCE. Su consejo se reúne el jueves de la semana que viene. Quizás se sepa entonces.