Galicia agranda su dependencia de la caja única de la Seguridad Social

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

El gasto en pensiones subió un 17 % mientras los ingresos bajaron un 14 %

02 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia tiene cada vez menos personas que aportan ingresos a la caja de la Seguridad Social. Y en cambio, hay cada vez más ciudadanos que reciben prestaciones del sistema. Una dependencia que se ha agrandado desde el inicio de la crisis. Y que tiene que ver con el galopante envejecimiento poblacional y la caída de cotizantes, es decir, de ocupados. Según los datos territorializados de la Tesorería General de la Seguridad Social, el gasto en pensiones que generó la comunidad gallega en el 2007 se situó en 5.648 millones. El pasado año 2014 la cifra se movió en los 6.446 millones, lo que supone un incremento del 14,1 %. Por el contrario, los ingresos aportados por los cotizantes de la comunidad dibujan justo la tendencia contraria. Los trabajadores gallegos aportaban a las arcas de la caja única del Estado 4.697 millones al inicio de la crisis, una cifra que ahora se sitúa en 3.885, lo que representa una caída del 17 %.

Este desequilibrio entre cotizantes y beneficiarios del sistema es una característica común de muchas comunidades como consecuencia de la destrucción de empleo y de la crisis demográfica, pero el mapa territorializado presenta diferentes grados. En España hay ahora de media 1,8 empleados por jubilado, frente a los 3,8 que existían antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

La proporción en Galicia está en 1,2 cotizantes por pensionista. Habría que remontarse hasta el año 2002 para hallar un equilibrio tan deteriorado.

Envejecimiento galopante

Un análisis detallado de la situación muestra el galopante efecto del envejecimiento poblacional, sobre todo en el medio rural, azotado por una crisis de rentabilidad de las actividades agroganaderas. Los datos del Instituto Galego de Estadística (IGE) muestran que en la comunidad hay 256 municipios, el 81 % del total, donde las rentas del trabajo que generan los hogares apenas cubren el 85 % del gasto en prestaciones que necesita ese concello.

Las proyecciones demográficas no auguran un horizonte nada alentador. En algunas comarcas, sobre todo en el sur de Lugo y de Ourense, el porcentaje de hogares que dependen al 100 % de las prestaciones públicas (en gran medida jubilaciones) se sitúa en el 50 %. Este fenómeno afecta también a los municipios cabecera de las grandes ciudades y villas, cada vez más habitados por mayores, mientras que las parejas jóvenes se marchan a los concellos periféricos.

El impacto de la crisis demográfica y económica no solo ha abierto el debate de la dependencia de las comunidades de la caja única sino que ha planteado el debate sobre la sostenibilidad futura del sistema de pensiones. Desvinculadas ya las prestaciones de la inflación con la reforma impulsada por el Gobierno de Rajoy, tal y como quería Bruselas, algunos datos muestran que su viabilidad depende también de otros muchos factores, como la generación de empleo, el cambio de modelo productivo, la atracción de mano de obra cualificada, elementos todos ellos llamados a contrarrestar la estructural crisis demográfica. Y que, sin embargo, no parecen tenerse en cuenta a la hora de hacer unas proyecciones cada vez más orientadas a adelgazar el volumen de gasto público.

La mala calidad del empleo generado impide equilibrar las cuentas del Estado

En el desequilibrio vigente entre lo que se recauda por cotizaciones y lo que se gasta en jubilaciones hay un factor que ha ganado peso a lo largo de estos años: la precariedad laboral. Quienes entran en el sistema aportan mucho menos de lo que generaban los ahora jubilados cuando estaban activos. Y este es un fenómeno que se está agravando en la salida de la crisis con la generación de empleo a tiempo parcial. La ejecución del presupuesto de la Seguridad Social muestra que España registraba a 30 de noviembre un saldo negativo de 3.427 millones, una cifra que equivale al 0,32 % del producto interior bruto (PIB).

El último informe muestra que la generación de nuevos cotizantes no está sirviendo para corregir los desequilibrios que generó en la caja la destrucción de empleo. Dicho de otro modo: la cotización de los 16,7 millones de contratos que se firmaron en el 2014 no ha servido para reducir el déficit ocasionado por los gastos generados por 9,3 millones de pensionistas.

Menos recaudación

A la espera de conocer cómo queda el informe sobre ejecución presupuestaria, todo hace presagiar que lo que finalmente recaude la Seguridad Social en cotizaciones estará por debajo de lo que había previsto al inicio del año 2014. Concretamente, 102.840 millones. Hasta noviembre había ingresado una cantidad que es 12.000 millones inferior a la fijada para el conjunto del año.