Luis Calabozo: «Entramos en la década del nuevo oro blanco por la demanda internacional»

Mario Beramendi Álvarez
MaRIO BERAMENDI REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Luis Calabozo participó en el foro de Terra e Leite.
Luis Calabozo participó en el foro de Terra e Leite. MARCOS MÍGUEZ

Observa el final de las cuotas como un período lleno de oportunidades tanto a nivel interno como en el extranjero

28 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 80 empresas asociadas, 27.000 empleos y una facturación superior a 8.000 millones. La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), la gran patronal de la transformación, se enfrenta también al mercado liberalizado, un escenario sin cuotas. Su director general, Luis Calabozo, participó ayer en Oleiros en la jornada sobre el futuro del sector, organizada por la Asociación Galega Terra e Leite, en colaboración con La Voz de Galicia y la Fundación Juana de Vega.

-Galicia es la primera productora de leche del país. ¿Cómo cree que se enfrenta al proceso del final de las cuotas el próximo 31 de marzo?

-Pues diría que como todos los eslabones de la cadena de valor de la leche: con expectación. Pero un día no significa un cambio brusco de hábitos. Ya vienen produciéndose desde hace tiempo. Ha habido procesos transformadores en producción primaria y adaptaciones en la industria. Entramos en una época de desafíos y oportunidades.

-¿Cómo cuáles?

-La propia Comisión Europea ha generado grandes expectativas por la creciente y mayor demanda internacional. Entramos en la década del nuevo oro blanco, en referencia a la leche. Tenemos que aprovechar esas oportunidades. En el 2007, en China, emulando a Luther King, el Gobierno mostró su deseo de que todos los niños chinos tuviesen al día un vaso de leche. Eso disparó la demanda de un producto de altas cualidades nutricionales. África va a representar una gran demanda.

-¿Tienen cuantificado ese crecimiento?

-Hoy en día se producen alrededor de 780 millones de toneladas de leche, y todos los institutos, en sus proyecciones, estiman que a lo largo de la próxima década se necesitarán unos 1.000 millones.

-Las explotaciones se han modernizado y han reducido costes. ¿Ha hecho los deberes la industria ante el fin de las cuotas lácteas?

-Nunca se acaban de hacer los deberes. La cuestión es cuándo se empiezan a afrontar tareas de una manera constante. En España hay ahora un proceso irreversible: mayores producciones, explotaciones más profesionalizadas, negocios de más dimensión. En la industria ya ha empezado el proceso de consolidación. Y tiene que continuar: sobre todo en relación a los mercados exteriores. La exportación de quesos, por ejemplo, se ha multiplicado por dos en los últimos cinco años.

-¿No tiene la industria láctea española un problema de reducido tamaño y de escasa diversificación en relación a sus competidores europeos?

-Son problemas que estamos corrigiendo. Pero la cuestión es cuáles son los condicionantes para invertir y generar productos de más valor, que no solo sea envasar leche. La demanda parece que existe. Y la segunda cuestión es si se va a tener materia prima suficiente para esas inversiones. Este segundo factor, hasta hace poco, no parecía constatable.

-En cambio, se sabía desde hace mucho tiempo que la producción de leche se iba a liberalizar en el año 2015.

-Sin embargo se ha transmitido la imagen catastrofista de que con el fin de las cuotas el sector lácteo iba a desaparecer por la falta y la deslocalización de la producción. Ahora se dan las condiciones para atraer financiación y personas para esos nuevos proyectos inversores.

-¿Y no hay riesgo de que compañías europeas que han andado ya ese camino nos coman el terreno?

-¿A qué industrias se refiere? Nosotros defendemos un tejido industrial en nuestro país, que genere empleo en nuestro país. Y que transforme y deje valor añadido aquí. ¿Es importante cuál es la estructura y la propiedad del capital en un mundo globalizado? Nosotros queremos localización industrial. Y eso depende de que exista leche en ese territorio.

-Se habla de los ganaderos y la industria, pero la distribución juega un papel determinante en la cadena del sector.

-Tenemos el reto de que los consumidores valoren un producto como la leche. No se puede usar como reclamo. Eso es una práctica que debe terminarse.

-Ustedes representan a un sector empresarial multado por Competencia con 88,2 millones por concertar precios y repartirse el mercado...

-Es un asunto individual de cada empresa en la que no entramos. El comportamiento de la Fenil nunca ha sido puesto en cuestión en su papel como interlocutor. Las industrias han dicho que no están de acuerdo con el fallo y que lo recurrirán. E incluso los propios denunciantes han transmitido por escrito que ni el sentido ni la finalidad de su denuncia era culpar solamente a las industrias.