Romper la pareja, perder el trabajo

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Solteros y divorciados son los más castigados por el desempleo en Galicia, con una tasa de paro que roza el 30 % y duplica a la de los casados

25 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si el amor perjudica seriamente la salud, como decía la película, el desamor puede complicar, y bastante, la vida en el trabajo. Al menos esa sería una de las conclusiones que se pueden extraer de los datos de la encuesta de población activa (EPA) que, entre sus miles de datos, recoge uno cuanto menos curioso: la tasa de paro entre los gallegos sin pareja (solteros, separados y divorciados) duplica la de los casados y viudos.

Pero, ¿cuál es la explicación a este fenómeno? En el caso de los solteros, generalmente jóvenes, no hay más que echar una ojeada a las escalofriantes cifras de desempleo entre los menores de 30 años para encontrar la principal causa. Quedaría, pues, por resolver la incógnita de los separados y divorciados, a la que Jesús Vázquez Forno, director de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de A Coruña, también le encuentra lógica. «La pérdida del empleo es un proceso traumático que puede generar conflictos en la pareja e incluso provocar la separación», explica, para después añadir un segundo argumento que invierte la relación causa-efecto: «Cuando un trabajador tiene cargas familiares está más predispuesto a aceptar un empleo, con independencia de las condiciones que se ofrezcan, o a transigir con modificaciones en sus condiciones de trabajo».

Maica Bouza, secretaria de Empleo de CC.?OO. en Galicia, coincide en este argumento y añade otro elemento para la consideración. Y es que, explica, en los ajustes de plantilla realizados por las grandes empresas durante los seis años de crisis, no era infrecuente que se pactaran condicionantes para minimizar el impacto de estos despidos colectivos. Entre ellos, uno de los más frecuentes es el de respetar los empleos de los trabajadores con cargas familiares, lo que explicaría parte de ese diferencial.

Una brecha que es más acusada entre los hombres, donde la tasa de paro de solteros y separados (que supera en ambos casos el 30 %) duplica ampliamente la que registran los casados (que no llega al 14 %). Por contra, las mujeres que han formalizado su relación de pareja tienen una tasa de desempleo del 18,5 %, frente al 27 % de las solteras y divorciadas, una diferencia de ocho puntos, la mitad que entre los hombres.

Los ninis triplican a los «sisis»

Pero la EPA publicada esta semana deja otros elementos para el análisis. Como que, pese al descenso del último trimestre, en Galicia hay todavía 27.200 ninis, menores de 25 años que ni estudian ni trabajan. En el lado contrario de la balanza, los «sisis», aquellos jóvenes que compatibilizan el empleo con la carrera u otra formación, apenas llegan a los 9.100, esto es, apenas un tercio del colectivo de ninis.

Y, de nuevo aquí, la omnipresente brecha de género. Porque en el caso de los ninis, son más los hombres apáticos ante la falta de oportunidades del mercado laboral (16.000, frente a las 11.200 mujeres en esa situación). Sin embargo, entre los jóvenes que duplican esfuerzos, ellas son mayoría: 5.600 frente a 3.500.