Alcoa, un gigante con dos cabezas

f. f. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

WADE PAYNE | REUTERS

El grupo se dividirá en dos empresas para relanzar su segmento de productos de valor añadido y segregarlo del negocio tradicional de fabricación de aluminio, más inestable

04 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El gigante mundial del aluminio Alcoa acaba de anunciar que se separa, que troceará el grupo en dos grandes compañías. Una, que conservará el nombre de la empresa, agrupará las plantas del negocio tradicional. Esto es, las fábricas de aluminio primario, las de fundición del metal, refinado de alúmina y exploración de bauxita. Aquí estarían sus tres factorías españolas, las dos de Galicia (A Coruña y San Cibrao) y la de Asturias. La segunda compañía se llevará el valor añadido del negocio, el de los productos más especializados como el titanio o las aleaciones del aluminio, que vende al sector de la automoción, la industria aeroespacial y energética para la producción de turbinas.

Según los datos difundidos por el gigante con sede en Pittsburgh (Estados Unidos), la empresa de productos especializados contará con 157 plantas en todo el mundo -en España, una pequeña en Navarra de productos arquitectónicos- y aproximadamente 43.000 empleados. La compañía que continuará con el negocio tradicional del aluminio dispondrá de 64 instalaciones (entre ellas, las de tres de España) y unos 17.000 empleados (2.000 en las tres fábricas españolas).

Alcoa tiene en la actualidad unos ingresos anuales que ascienden a 27.700 millones de dólares (24.700 millones de euros), de acuerdo con los resultados del ejercicio que cerró el 30 de junio. La cifra de negocio de la compañía que se concentra en los productos especializados fue de 14.500 millones de dólares (13.000 millones de euros), mientras que el negocio tradicional le reportó 13.200 millones de dólares (11.700 millones de euros).

El divorcio interno se consumará en el segundo trimestre del año próximo.

Estabilidad en Bolsa

Pero, sobre todo, ¿por qué da este paso Alcoa? Y ¿qué consecuencias tendrá para sus trabajadores? Para responder a la primera pregunta es preciso apuntar que el grupo Alcoa cotiza en la Bolsa de Nueva York, la mayor del mundo, y que las dos nuevas compañías seguirán haciéndolo, aunque cada una por separado. El valor de la que conservará el nombre de la matriz seguirá moviéndose al albur de las oscilantes cotizaciones mundiales del aluminio, mientras que la empresa con los activos de valor añadido ganará en estabilidad y seguramente en rentabilidad. Aquí estaría el quid de la cuestión. «Creemos que se trata de una estrategia de empresa, de una operación de ingeniería financiera para ganar más dinero», opina José Manuel de la Uz, presidente del comité de empresa de la fábrica de Avilés. De la Uz considera que la segregación del grupo no afectará a la plantilla en absoluto. Tampoco ve problemas a la vista, al menos por esta parte, Nazario Arias, vicepresidente del comité de la planta de A Coruña. Arias también atisba detrás de esta separación una estrategia de la empresa para cotizar en Bolsa en una posición más ventajosa.

Lo cierto es que el anuncio realizado por Klaus Kleinfeld, presidente y consejero delegado del grupo, fue recibido con aplausos por parte de los inversores internacionales, que hicieron subir el valor de la compañía un 6 %.

Kleinfeld continuará como presidente y consejero delegado, pero en la nueva compañía de productos especializados, según informó el propio grupo.

Los trabajadores de las plantas españolas están preocupados, pero no por las consecuencias de esta operación. La dirección aún no les ha aclarado si Avilés y A Coruña seguirán funcionando tras haber conseguido menos megavatios bonificados para abaratar la factura eléctrica el próximo año.