Dos mil granjas aún cobran el litro de leche a menos de 27 céntimos

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Medio Rural recuerda que el sector productor factura ahora más que cuando se eliminaron las cuotas lácteas

16 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la comunidad gallega hay unas dos mil explotaciones lácteas que todavía comercializan el litro de leche por debajo de 0,27 euros, es decir, tres céntimos menos que la media gallega, lo que significa que se trata de granjas a las que no ha llegado la subida de precios consecuencia de un equilibrio entre oferta y demanda internacional más favorable. Esas dos mil explotaciones representan casi el 30 % de las existentes en Galicia, y el 17 % de la producción. Se trata, en su mayoría, de explotaciones que están en manos de primeros compradores, los intermediarios entre el productor y la industria.

Este dato vuelve a poner en evidencia la debilidad estructural de una parte no menor del origen de la cadena de valor, pese a que existe una coyuntura de mercado más favorable en lo que se refiere a las cotizaciones. En los últimos dos años, los primeros sin cuotas lácteas desde que se eliminaran en abril del 2015, Galicia ha perdido un millar de granjas.

La Xunta, sin embargo, advierte que estamos ante una realidad marcada por la profesionalización y redimensionamiento de un sector cada vez más competitivo y con mayor capacidad para producir. «Os datos oficiais sobre a evolución do número de explotacións lácteas refírense a aquelas que deixan de entregar leite nun determinado mes, non necesariamente ás que desaparecen do agro. Na maioría dos casos, trátase de granxas que cambian de titular, mudan a súa orientación produtiva cara á venda de carne, por exemplo, ou se agrupan noutras máis grandes e eficientes», apuntan desde el departamento que dirige Ánxeles Vázquez.

Medio Rural recuerda que, cuando se suprimieron las cuotas, el sector lácteo de Galicia facturaba 63 millones, y ahora esa cifra es de 64, lo que muestra que la comunidad no ha perdido peso en el conjunto del país.

Más allá de las cifras y del contraste de argumentos diferentes, desde el sector productor constatan la mejoría de precios, pero advierten que no es suficiente, lo que revela una situación que discrimina a la comunidad gallega. «Galicia segue tendo o prezo 2,5 céntimos por debaixo da media española, e non hai ningunha razón para explicar que un gandeiro galego non estea agora cobrando a 0,33 euros o litro; e non é así sinxelamente porque nada mudou nas súas relacións coa industria, que impón todo», apunta Roberto García, secretario xeral de Unións Agrarias, quien denuncia que las industrias ahora están ofreciendo contratos a un año para evitar repercutir la subida de precios.

Más fortaleza

La Xunta insiste en que el análisis de la realidad sectorial de la leche, más allá de las cuestiones pendientes en el origen de la cadena, no puede ocultar los pasos dados para el fortalecimiento del sector industrial, como prueba la unión de cooperativas que ha dado lugar a Clun u otros proyectos como los de Goodleit, Entrepinares o la fusión de la cooperativa Lemos con Coreber para comprar Celega.

El paquete lácteo no ha otorgado más poder al eslabón más débil

En el campo gallego, dos años después del final de las cuotas lácteas, siguen pendientes todavía muchas demandas a algunos problemas estructurales, cuya solución es clave para evitar que la oscilación del mercado a la baja -algo que volverá a ocurrir- deje a una buena parte del sector lácteo gallego temblando.

En España, por ejemplo, sigue pendiente de aprobarse la norma que permitirá al consumidor identificar el origen de los productos, algo que ya ocurre en otros países de nuestro entorno como Francia, Italia o Portugal. También sigue sin regularse la figura de los primeros compradores, los intermediarios entre el productor y la industria, y que suelen introducir tensiones especulativas.

Los ganaderos también denuncian que no existe un mecanismo sancionador y disuasorio que impida a la distribución utilizar la leche como un producto reclamo, como ya ha ocurrido en otros momentos. Es decir, todo está sujeto a la buena voluntad de las grandes cadenas, que se han comprometido a no banalizar la leche.

En el sector productor gallego existen fundadas dudas de que el llamado paquete lácteo -conjunto de normas para fortalecer la cadena de valor- haya servido para proteger a los ganaderos en sus relaciones con las industrias. Son las empresas las que siguen decidiendo la gran mayoría de las condiciones de los contratos, es decir, el precio y la duración, y a los granjeros no les queda otra que entregarles la leche en esas condiciones por miedo a que no se la recojan en su explotación. En eso, nada ha cambiado. Solo ha habido una mejoría coyuntural de precios en origen.