Galicia acumula tres años seguidos con los carburantes más caros de España

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Mantiene el céntimo sanitario más alto, que otras comunidades reducen o suprimen

05 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Diciembre del 2013. Galicia. La comunidad era entonces casi un paraíso para los conductores, pues sus estaciones de servicio se encontraban entre las más baratas de España. Concretamente, tal y como se puede comprobar en el informe de precios de ese mes elaborado por el Ministerio de Industria, la gasolina que se vendía aquí era la quinta más económica del país, mientras que el gasoil, el sexto. En los puestos de cabeza, Baleares aparte, estaban otras comunidades del norte como Castilla y León, Asturias, Cantabria...

Diciembre acabó. Llegó enero. Y los precios dieron un vuelco total y subieron como la espuma en Galicia. El precio medio del litro de gasolina durante ese primer mes del 2014 fue el cuarto más gravoso -el tercero de la Península si se excluye Baleares- y el del gasoil, el segundo -el primero quitando las islas Pitiusas-. La tendencia continuó durante todo ese año -con un pequeño baile entre el tercer y el cuarto puesto en el caso del primer carburante-. Y siguió así, incluso peor, en el 2015, durante el cual, cada uno de los doce meses del año, uno y otro combustible fueron los segundos más caros del país, los primeros de la Península. En el 2016 ocurrió exactamente lo mismo, hasta junio, cuando Asturias le quitó la silla a Galicia en el precio de la gasolina, que se colocó desde entonces como tercera (segunda de la España peninsular). El ránking siguió igual en los pasados enero y febrero.

En resumen, que la comunidad lleva tres años seguidos liderando el podio de las comunidades con los carburantes más caros.

El alza fiscal del 2014

¿Por qué? El baile que se produjo en el ránking en enero del 2014 coincidió con un hecho determinante que justifica, en parte, el vuelco. En ese momento entró en vigor un alza de la presión fiscal sobre los carburantes que se vendían en las estaciones de servicio gallegas por decisión de la Xunta. El Gobierno autonómico incrementó entonces, hace ya tres años, el conocido como céntimo sanitario. El litro de gasolina pasó de estar gravado con 2,4 céntimos a 4,8; y el de gasoil, de 1,2 a 4,8, tipos que se mantienen todavía en la actualidad.

De la subida se libraron parte de los transportistas, solo los que conducen los camiones de mayor porte, aunque al repostar tienen que abonar el precio de venta al público del gasoil, y esperar unos meses a recibir el reintegro.

Esos 4,8 céntimos adicionales con los que están gravados gasolina y gasoil en Galicia es el tope que las comunidades pueden aplicar a los carburantes. El céntimo sanitario se denomina en realidad tramo autonómico del impuesto especial de hidrocarburos. Lo gestiona el Ministerio de Hacienda, pero las comunidades pueden decidir aplicar o no su parte del gravamen.

La subida experimentada en el ránking nacional por los carburantes en Galicia desde principios del 2014 se consolidó e incluso se agravó con el tiempo. El motivo: que comunidades fronterizas como Castilla y León, antes de las más caras de España, decidieron dejar de cobrar el impuesto. Esta estela la siguieron otras autonomías, como Cantabria.

Seis sí, cinco no

Sin embargo, de momento son mayoría las comunidades que, como Galicia, aplican el máximo. Son Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha. No lo cobran Castilla y León, Cantabria, La Rioja, el País Vasco y Navarra. El resto sí lo recaudan, pero tienen implantados tipos inferiores.

Feijoo se defendió acusando a las petroleras de pactar precios

La Xunta siempre ha negado que el incremento del tipo impositivo del céntimo sanitario, que se aplica desde enero del 2014, sea la causa de los que carburantes de automoción, en especial, el gasoil, en Galicia estén entre los más caros de España. En abril de ese mismo año, el presidente, Alberto Núñez Feijoo, inició toda una ofensiva contra las petroleras. En la rueda de prensa posterior al Consello da Xunta del día 15, Feijoo las acusó de ponerse de acuerdo para imponer en la comunidad los precios más gravosos. Porque «no hay ninguna justificación, teniendo en Galicia una refinería, de las ocho que hay en España», manifestó entonces. El presidente de la Xunta negó que los impuestos fuesen el problema.

Tras esa comparecencia, el Gobierno gallego impulsó un lote de medidas para intentar acabar con lo que consideraba un monopolio y promover la apertura de gasolineras de bajo coste. ¿Cómo? Acortando los engorrosos trámites burocráticos para ello, entre otras medidas. Tres años después se han abierto estaciones de servicio independientes, pero el precio de los carburantes en Galicia no ha mejorado.

La mitad, impuestos

El céntimo sanitario ayuda, pero desde luego no es la principal losa que pesa sobre los carburantes. Constituye una aguja en el pajar del impuesto especial de hidrocarburos, integrado por otros dos conceptos: el tipo estatal general y el tipo estatal especial. El primero grava el litro de gasolina con 40 céntimos y el de gasoil con 30. El segundo, con 2,4 céntimos uno y otro carburante. A esto hay que sumar un IVA del 21 %. Casi la mitad del precio final son impuestos.