Cuatro mil euros de atrasos por un porche que nunca construyó

Carla Elías Martínez
Carla Elías NEDA / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

Un error en la revisión del catastro mantuvo en vilo a una familia de Neda; les reclamaban casi 4.000 euros

21 abr 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

Confundir el sótano de la casa con un porche generó una auténtica pesadilla para la familia de Luisa Rodríguez. La revisión que ejecuta el Catastro tuvo en su caso un error notable: encontrar un nuevo porche en la vivienda donde nunca realizaron obras, en el municipio coruñés de Neda. «Mis padres escrituraron la casa en el año 1992 dejando todo en regla. Mi padre murió a los pocos meses y mi madre nunca ha hecho ninguna obra», cuenta Luisa.

Los hijos -seis, entre ellos Luisa- conocieron el problema al llegarles una carta del Catastro la primavera pasada. «Dicen que hay que pagar una tasa de sesenta euros porque encontraron irregularidades», detalla. Acto seguido Rodríguez acudió al ayuntamiento donde fue recibida por la secretaria del arquitecto, recuerda, que le alertó de la situación. En el ayuntamiento le dieron la noticia de la cantidad económica a la que tendrían que hacer frente pero no sabían muy bien a qué era debido. «Miró el registro catastral y pensamos en una equivocación con la acera o algo», apunta. Pero la realidad que le plantearon en la sede del Catastro en A Coruña fue mucho peor.

El error se produjo por el sótano inacabado de la vivienda. «Solo tiene una pared, la que pega con la casa de al lado, pero el resto son columnas y está abierto por todas las esquinas. Pero está así de siempre, no se ha hecho nada», explica la afectada. Las consecuencias económicas de ese error iban a ser, además de subirle el recibo del IBI de 937 euros a 1.467 euros, que deberían hacer frente a los atrasos de los últimos cuatro años de ese porche irregular. Total: 3.900 euros. «Es la casa de mi madre, que tiene 86 años, así que mis hermanos y yo no quisimos que ella supiese mucho de lo que estaba pasando porque tampoco sabíamos ni como explicarlo. Cobra una pensión de 640 euros, ¿cómo le vamos a decir que tiene que conseguir más de cinco mil euros?», lamenta. Le dijeron que presentara una alegación con fotos.

La frustración fue a más al no aceptar las imágenes de esa reclamación, y tener que contratar a una empresa, que les cobró 480 euros, para presentar el recurso. «La empresa ya nos advirtió de que lo más posible era que los atrasos nos lo cobrasen. La tensión del verano esperando a que nos llegase en septiembre el recibo del IBI fue horrible porque no nos contestaron a la alegación. Y resulta que después el recibo vino como siempre. Fui entonces a la Diputación, que es la que recauda, y nos dijeron que a principios de año podían llegar los atrasos», recuerda. Así pasaron otro medio año más de angustiosa espera hasta que recibieron una carta certificando la no alteración catastral y que les devolverían la tasas de 60 euros, que aún no han recibido. «Lo peor es la impotencia de tener que hacer todo esto por un error de ellos», critica.

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