Villarejo cometió una violación masiva de comunicaciones para abortar el desembarco de Sacyr en el BBVA

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

CEDIDA

El sumario revela que fueron espiados los teléfonos de Emilio Botín, Fernández de la Vega, Miguel Sebastián, Juan Abelló o Luis del Rivero

05 feb 2020 . Actualizado a las 17:59 h.

El excomisario José Manuel Villarejo hizo una violación masiva de comunicaciones privadas usando los medios y fondos públicos de la Policía Nacional para abortar el desembarco de Sacyr en el BBVA y garantizar la permanencia de Francisco González al frente de la entidad. El sumario de la operación Tándem relativo al banco revela que entre el 2004 y el 2005 el exmando del CNP llegó a pinchar de manera ilegal 16.487 llamadas telefónicas y otras formas de comunicación de destacados miembros del Gobierno socialista y del mundo de las finanzas para conseguir información sobre lo que Villarejo denominaba el GH (Grupo Hostil) a González. Ese colectivo estaba formando, según el expolicía, por miembros del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y directivos de la constructora.

Los documentos que obran en la denominada pieza 9 del caso Villarejo -y sobre los que ha levantado el secreto del sumario esta semana el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón- desvelan que, entre otros, el expolicía intervino sin control judicial los móviles, fijos, sms o correos electrónicos de la exvicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; del exjefe de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián; del expresidente de Banco Santander, Emilio Botín; del exvicepresidente de BBVA, Jesús María Caínzos; del exvicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas; del expresidente de Intermoney, José Pérez; del empresario Juan Abelló; y sobre todo del expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, gran enemigo de González.

Este operativo de espionaje, que tenía el nombre de Proyecto FG (Francisco Gónzalez) incluyó 9.722 «comunicaciones analizadas» pertenecientes a miembros «Grupo Hostil» y 869 «conversaciones interceptadas» a esas mismas personas, aunque solo el 5 % de esas llamadas fueron «relevantes» para la investigación ilegal de Vilarejo sobre el asalto al BBVA. El banco, según este sumario, llegó a pagar 10.284.689,30 euros al entramado del policía como pago de sus servicios de espionaje, aunque no solo por el Proyecto FG.

Chantajes y Chueca

Villarejo, en un informe fechado en marzo del 2005, reveló sin tapujos en qué consiste ese «Proyecto FG». «El objetivo esencial del proyecto es boicotear las acciones previstas contra K (el BBVA), anulando las maniobras del Grupo Hostil y provocando el abandono del plan de acoso contra FG». En sus informes el excomisario habló de «buscar elementos de presión» (eufemismo para el chantaje) contra los «diferentes miembros del «Grupo Hostil» para «obligarles a huir».

En esa estrategia para la extorsión, el sumario revela que José Villarejo llegó a tener «éxito» con un contacto «del entorno homosexual de Chueca» con vistas a tratar de coaccionar a uno de los enemigos de González. Los informes detallan otras «infiltraciones» y «acercamientos» a los servicios de seguridad y escoltas de destacados personajes de ese «Grupo Hostil». También aparecen contactos con medios judiciales de Madrid y Murcia o con la Fiscalía Anticorrupción en el marco de esta gran campaña para frenar los cambios en el BBVA.

Según los documentos que obran en la causa, el Proyecto FG fue una mezcla de labor de espionaje tradicional (usando fondos, medios y bases de datos públicos) con una campaña de desinformación moderna como las de los grandes servicios secretos. Por una lado, a la manera clásica, además de los ya referidos 'pinchazos', Villarejo y su camarilla hicieron 7.150 horas de «seguimientos a objetivos en movimiento», otras 7.480 horas a «objetivos fijos» y 1.675 horas en «contravigilancias».

De otro lado, el excomisario puso en marcha una verdadera factoría de fake news contra el grupo de Sacyr y los dirigentes socialistas que incluyó «87 acciones de desinformación en medios de comunicación» o «68 acciones de desinformación en ámbitos económicos-políticos sobre crisis de valores que se provocaría en bolsa» si caía González. Villarejo, en sus informes de resultados al BBVA, se jactó de haber colado informaciones manipuladas a una quincena de medios nacionales y otros 18 medios «periféricos» para abortar el desembarco de Sacyr. En total, los documentos hablan de 89 encuentros con responsables de medios de comunicación para la campaña en contra del «Grupo Hostil».

En los documentos del sumario también se hace referencia a que el exmando de la Policía Nacional habría mantenidos otros «73 encuentros con miembros de los servicios de información e Inteligencia (CNI) del Gobierno» y otras 27 reuniones con servicios de espionaje de países extranjeros en los en el BBVA tenía intereses.