El arte es el motor de este instituto

S. C. MOAÑA / LA VOZ

EDUCACIÓN

El centro tiene una editorial propia, una productora y quiere ser un referente de las creaciones contemporáneas

02 may 2017 . Actualizado a las 11:10 h.

¿El arte puede cambiar el mundo? En el IES As Barxas, en Moaña, están convencidos de que sí, y lo tienen tan claro que con el director, Ugo Costas, al frente, los profesores han hecho del arte un asunto transversal y transformador. Con esta propuesta ganaron uno de los premios del Concurso Proyecta Innovación, que convoca la Plataforma Proyecta -el espacio educativo de la Fundación Amancio Ortega y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre-. El proyecto destaca el poder del arte para «reflejar y transformar realidades, comunicar, concienciar, emocionar», así como refuerza «el papel de nuestro alumnado como productor y distribuidor de arte». Es la teoría de Steve Seidel, director del programa de Arte en la escuela de Magisterio de Harvard -y figura destacada del grupo Project Zero de esa universidad-, que estuvo en Galicia hace un año invitado por la Fundación Barrié con el objetivo de dar a conocer el poder de la creación en el aula.

En As Barxas esta vena artística no es nueva. Desde hace unos seis años Luz Beloso, profesora de Plástica (EPV, en 3.º y 4.º de secundaria y 1.º de bachillerato), tiene en marcha un proyecto de educar a través del arte audiovisual. Los alumnos realizan una serie de cortometrajes a partir de un tema principal y al finalizar el curso se pasan en público: les queda pequeño el salón de actos, y no solo vienen alumnos y familias, sino también vecinos de Moaña y entorno. La iniciativa se llama Educortos, y recibió el pasado mes de octubre el primer premio de la feria de educación SIMO, en Madrid, a la mejor Experiencia TIC Audiovisual. Para Beloso, es una manera excelente de «educar a los alumnos a partir de sus intereses» y entendiendo que «cuando haces un corto, haces un máster en ese tema». Este año el asunto genérico será, cómo no, el arte, pero el curso pasado llevaba el título de Superheroes e Superheroínas y los asuntos tratados fueron propuestos por los estudiantes: la vida con una enfermedad mental (Iris), tener diabetes tipo 1 (Beta), los prejuicios lingüísticos (Lingua que traba), la transexualidad (Ariadna quere ser Perseo), los trasplantes (Corazón de superheroe)... Los alumnos se encargan de todo: «Es increíble -explica Beloso- lo exigentes que son». Y desde hacer los títulos de crédito -que siempre tienen que ser de animación- hasta buscar a los actores o la música, todo es cosa de los estudiantes. En algunos cortos de animación los alumnos han tenido que escanear 3.000 imágenes: «Trabajan sin descanso, en los recreos, al terminar la clase... da gusto verlos». 

Economía y Filosofía, también

Uno puede pensar que la clase de Educación Plástica y Visual se presta a cierta flexibilidad en el contenido, pero la otra artífice de Transformando realidades, María José Soto, Filo, es profesora de Economía y TIC. Pero ha conseguido incluir el arte en su asignatura y extenderlo por las demás. ¿Ejemplo? En TIC de bachillerato los alumnos están haciendo imágenes virtuales del patrimonio artístico local usando técnicas de fotogrametría. En Ciencias analizan los diferentes materiales de los que están hechos estos objetos y en Filosofía de primero aplican conocimientos de etnografía y antropología para entender qué significado e importancia tenían esas expresiones artísticas. En Lengua y Lingua se hacen las correcciones. 

Trabajar... y divertirse

También están preparando exposiciones sobre diferentes asuntos -la violencia de género, a cuya lucha se dedica el mes de noviembre, es la que está en marcha-, animaciones con realidad aumentada (a través de los cuadros) y hasta creación sensorial para personas invidentes. Los pasillos de este instituto de más de 400 alumnos se han convertido en una galería donde los estudiantes exponen sus trabajos, porque As Barxas quiere ser un centro de arte contemporáneo.

Pero no solo por su Transformando realidades ocupa el IES As Barxas esta entrega de Centros Innovadores. Su retahíla de actividades es infinita, y eso explica que el hall del centro educativo esté adornado con un par de ¡Welcome! y las banderas de España y Galicia compartiendo espacio con las de Italia, Polonia, Grecia, Francia y Turquía. La semana pasada, alumnos de esas nacionalidades estaban participando en una actividad conjunta sobre el teatro, que incluye todo el proceso: de hacer el guion a grabar la historia, gracias a un programa de Erasmus + (Saftas).

El recreo en As Barxas es un poco locura. Tanta pasión juvenil se traduce en risas y griterío. Como cuando las profesoras les piden a los alumnos que vayan a un edificio anexo, la casa del conserje, para las fotos de este reportaje, y entonces se descubre cuál es el secreto del centro: alumnos y profesores se lo pasan bien. No todos y no todo el tiempo, claro, pero hay un buen talante general. Lo resumen algunas alumnas, como Nerea (1.º de bachillerato): «Aprender así es más interesante, porque no lo estudias, lo descubres» o Isabel, para quien «todo el mundo tiene capacidad de crear. Pero nos parece raro». ¿Tiene alguna parte mala? Elena, que quiere hacer Enfermería, piensa y responde: «No le veo nada malo... Tal vez que trabajas mucho, pero como te gusta y entretiene, no ves las horas que echas». No es casualidad que eso mismo es lo que dicen los profesores, que tienen la energía y buen humor de los estudiantes: «Sí tienes mucho más trabajo -explica Filo- pero no lo cambiaría por nada». Para ellos, los adultos, su profesión «es un privilegio». 

Los proyectos

Crearte

«Fue el primer premio, el motor de todo». En el 2011 el Ministerio de Educación les otorgó el premio Crearte por el corto-documental El club de los cinco, y desde entonces se les reconoce como centro creativo. Esos 24.000 euros del premio fueron la semilla de otros muchos proyectos: «Fue el motor de todo», dice Luz Beloso.

Editorial Libr@rte

Un «barxilón» que se aleja de lo establecido. Otro de sus primeros proyectos fue crear la editorial Libr@rte, para sus propios cuentos. Con el dinero del primer concurso Proyecta Innovación y un año de trabajo nació Barxilón no mar de latón, la historia de un mejillón que vence su miedo y consigue ser un líder. Se imprimieron 1.500 ejemplares que se distribuyeron por las bibliotecas escolares.

 Chroma

De tutoriales a cortos, cualquier cosa es posible. El chroma (ese fondo verde que sirve para recrear paisajes inexistentes) está en la base de muchas de sus creaciones. Hay telas de quita y pon por todo el instituto, pero en un edificio anexo han pintado una pared y unos rieles de cortina convenientemente colocados se han convertido en rieles para focos. Es uno de los lugares más solicitados.

Educortos

«Debes estudiar mucho para hacer un corto». Con el festival de cortos en clase de EPV se estudia, y mucho. «Debes estudiar un montón para hacer un corto, no puedes hacerlo sin tener ni idea», dice Nerea, que se quiere dedicar al cine.

Transformas realidades

Es posible cambiar las cosas con imaginación. ¿Cambiarían algo los alumnos? Muchas cosas. Y ahora están trabajando en ello, preparando proyectos y analizando costes: las reservas en la cafetería para evitar colas, falta de asientos en el hall, mejor señalización de libros en la biblioteca, diseñar galerías en los pasillos para colgar sus cuadros...

Taller de literatura

Aquí las historias las cuentan los alumnos. Cada curso desde el 2013, los alumnos participan en As Barxas Escribe, un taller de escritura literaria en ESO, que se convierte en un libro virtual al que se puede acceder en la web.