Las cifras sobre agresiones físicas avalan que el ataque en Oroso es un caso singular
10 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Lo acontecido en el IES de Oroso es un caso aislado en la comunidad educativa gallega, o al menos eso es lo que indican las estadísticas. Solo un 2,5 % de los encuestados dentro de una macroencuesta realizada el curso pasado por la Xunta declara que la convivencia ha empeorado de forma alarmante en el centro. En total, un 15? % de los encuestados -entre alumnado, profesorado, personal de administración y familias- creen que la convivencia se ha vuelto más difícil en el centro educativo, ya sea levemente o de manera acusada. Quienes peor lo ven son los profesores. Un 16,8 % afirmaba que la convivencia era peor. Los más satisfechos, los alumnos de enseñanzas posobligatorias. Tan solo creía que el ambiente se había enrarecido en los últimos tiempos un 13 % de los encuestados.
Eso, en lo que a ambiente general se refiere. También las cifras sobre agresiones físicas avalan que el ataque en Oroso de un estudiante a otro es un caso muy singular. Porque solo un 5,2 % de los estudiantes de enseñanzas posobligatorias señalaron la agresión física como una conducta contraria a la convivencia que se daba de manera habitual en el centro. El porcentaje, por desgracia, es un poco mayor entre los estudiantes que todavía no habían terminado la ESO. En ese nivel educativo, algo más de un 9 % reconocía «pegar ou facer dano» como una conducta contraria a la convivencia que se daba con cierta frecuencia en su centro escolar. En cuanto a las familias, solo un 3,3 % nombró la agresión física como habitual.