La FP pontevedresa presume de premios

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

EDUCACIÓN

Noemi Parga

Tres exalumnas con expedientes brillantes reivindican el valor de estas enseñanzas

09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres exestudiantes de centros de FP de Pontevedra han logrado uno de los premios extraordinarios del curso 2015/2016 en Galicia. Son Ángela García Fontenla, que estudió en el CFEA de Lourizán; Alba Vilachán Suárez, del IES Montecelo; y Alba Barrio Fraga, del CIFP Carlos Oroza. Motivos laborales impidieron reunirlas a las tres, pero La Voz recogió sus impresiones sobre el reconocimiento académico y su futuro profesional.

Ángela García, de 31 años, se licenció en Biología. Tras su paso por la universidad y ante la falta de perspectivas laborales decidió ampliar estudios con un ciclo superior de FP. Fue el de Xestión Forestal e do Medio Natural. Logró una media de 9,2 y matrícula de honor. Ese currículo no le sirvió, sin embargo, para encontrar empleo y optó por seguir formándose. «No hay trabajo y era estar en casa o seguir estudiando. Y como tenía la matrícula gratis del primer año me decidí a hacer Forestales», relata. Estos meses realiza labores de mantenimiento en el castillo de Soutomaior con una beca de la Diputación. «El sitio es chulísimo».

Alba Vilachán, de 25 años, cursó el ciclo superior de Produción en Industrias de Artes Gráficas. Lo acabó con una media de 8,5 y hoy trabaja en el departamento de serigrafía de una empresa de componentes de coches. «Empecei en marzo e teño un contrato por obra e servizo. O que máis me gusta é o deseño e a preimpresión, pero é un traballo», cuenta. Alba no deja de buscar otras opciones. El pasado año hizo prácticas en Malta gracias al programa Erasmus+. Trabajó casi tres meses en la isla en una imprenta que hace envases farmacéuticos. Una experiencia que valora de forma positiva.

En el CIFP Carlos Oroza estudió el ciclo superior de Guía, información e asistencia turística Alba Barrio Fraga. Esta joven de 28 años logró una media de 9,77 y en la actualidad trabaja como guía en la caseta de turismo de Lalín gracias a una beca de la Diputación. Aunque le tocó un destino del interior de la provincia, comenta que «siempre hay cosas que hacer». Estará hasta octubre. Alba también tiene en su currículo un Erasmus+ en Malta, estudios de italiano en la Escola Oficial de Idiomas (EOI) y la carrera de Geografía y un máster.

¿Qué supone para ellas la concesión del premio extraordinario de FP? Ángela señala que es un reconocimiento «al esfuerzo y al trabajo». En su caso invertirá los 850 euros en sus estudios. Alba Vilachán alude a que también es un premio para las enseñanzas que recibieron. «A visión da FP cambiou e agora os ciclos están máis encamiñados ás saídas laborais». Para Alba Barrio, parte de su mérito se lo debe a los docentes que tuvo en el Carlos Oroza: «Me encontré con uno de los mejores profesorados de mi vida, gente muy implicada y con un departamento de Orientación muy activo que siempre está sacando ofertas de trabajo».

Las tres coinciden en que un buen currículo hoy ya no es garantía de nada. ¿Cómo se ven dentro de cinco años? Alba Barrio tiene claro que su profesión es la de guía turístico. La docencia la tiene descartada. «Me veo siendo guía. Va a haber que trabajar mucho porque no te dan nada gratis, pero confío en que sí». De ese empleo le gusta el contacto directo con la gente, la comunicación y saber enseñar los rincones y los recursos.

Ángela se ve con un empleo. Ya le toca. «Dentro de cinco años espero verme con trabajo, si no... El campo de la carrera de Forestales es amplio, aunque mi especialidad son las explotaciones», aclara. En el caso de Alba Vilachán por el momento descarta montar su propio negocio de preimpresión. En el futuro ya se verá. «Gústame o deseño de produtos nunha empresa, o packaging... ¿Onde? O lugar dame igual», remacha. Al pensar en el futuro les sale la vena reivindicativa. Ángela lo resume muy bien. «A la hora de contratar las empresas deberían dar más facilidades. Hay puestos para los que se piden dos años de experiencia y sin trabajo no se puede tener esa experiencia. Al final es como un círculo del que no se puede salir».