La inversión en empresas emergentes, nuevo valor refugio del ahorro gallego

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Un centenar de «start-ups» con sede en Galicia crecen financiadas con capital privado

28 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Invertir en talento da dinero, y en España cada vez hay más ahorradores que, hartos del interés cero que ofrece la banca, se deciden a apostar su dinero a hacer crecer proyectos emprendedores.

La cosa no tiene mucho que pensar, si se compara con el 0,10 % que renta un depósito bancario (conservador). La inversión media es baja, en torno a los 100.000 euros, el riesgo controlable, y la rentabilidad puede alcanzar hasta un 2.000 %, si se tiene la suerte de haber apostado por una de esas ideas brillantes que acaba adquirida por una gran empresa. Quién no recuerda el pelotazo (nombre coloquial acuñado para estas operaciones) que consiguieron los emprendedores e inversores de la firma gallega La Nevera Roja, cuando fue adquirida por Foodpanda y Just Eatcom por 80 millones de euros.

No hace falta irse a Silicon Valley. Startup Explore, la auditora de referencia en el sector, sitúa a Galicia entre las seis primeras comunidades españolas por número de start-up o, lo que es lo mismo, proyectos empresariales emergentes de base tecnológica y de rápido crecimiento. Según este registro, en España hay 7.541 firmas que responden a este prototipo de empresa de ámbito global (casi todas nacen internacionalizadas) y 91 de ellas tienen sello gallego, 46 más que hace un año.

La brillantez de la idea garantiza solo el 50 % del éxito del negocio. El reto está en lanzarla al mercado. El negocio está servido, porque sobran las ideas y la financiación empieza a aflorar: el 2016 cerró con 568 millones invertidos en start-ups, según Ascri (Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión).

Buscando el «pelotazo»

«Comienzan con dinero propio, de familiares y amigos con el objetivo de crecer y ser rentable. En otros casos, la meta es captar inversión de fondos que impulsen el negocio, a través de rondas de financiación», explica Roberto Pérez Marijuan, creador de la consultora Suma Importancia, especializada en impulsar talento, y socio de Micatón, la firma viguesa inventora del sujetatornillos universal; o de Help Flash, la luz de emergencia que triunfa en Amazon.

La apuesta por este tipo de microempresas emergentes es creciente. Hay quien se dedica casi profesionalmente a ello, como los business angels, pero, según explica Marijuán, cada vez hay más pequeñísimos inversores que aportan poco dinero (generalmente el límite está entre 5.000 y 50.000 euros) a start-ups en su fase inicial, con la intención de que el valor de sus acciones se multiplique exponencialmente.

Hay buenos ejemplos que animan a invertir. El año pasado se produjeron las mayores operaciones de venta de star-tups españolas. El gigante estadounidense Ebay se hacía con Ticketbis por 165 millones de dólares; el desarrollador de juegos Take-Two adquiría por 230 millones a Social Point o la francesa Venté-Privée pagó 500 millones por hacerse con Privalia.

Una docena de aceleradoras gallegas garantizan un vivero de ideas por las que apostar

El ecosistema emprendedor gallego generado en torno a universidades y aceleradoras (ViaVigo, promovida por el Consorcio de la Zona Franca de Vigo; la coruñesa Zarpamos, con 100 % de capital privado; Galicia Open Future, la aceleradora de Telefónica; la Business Factory Auto, para el motor, o la última en llegar, Senda, para proyectos tecnológicos biosanitarios) es bastante activo.

En España hay 753 aceleradoras, según el cómputo de Startupxplore, de las cuales una docena están apoyando iniciativas emprendedoras en Galicia.

Queda claro el crecimiento que se está generando en torno al mundo start-up, aunque, no todo es dinero. «Da mucha satisfacción. Trabajamos con gente que tiene ilusión y te coloca en un mundo de esperanza. Animo a muchos buenos empresarios a que se lancen a invertir, no solo por el retorno económico, afirma Juan Ramón Güell, impulsor de la red de inversores privados Redinvest del Circulo de Empresarios de Galicia-Club Financiero Vigo, que él mismo preside.

«Lo primero que hay que saber es que no hay que tener miedo al fracaso, hay que tener la cabeza fría. La realidad es muy tozuda, y el porcentaje de proyectos que no salen adelante es muy elevado», afirma. Recuerda que los inversores no se limitan a aportar capital económico. En muchos casos contribuyen también con capital inteligente. «No es solo dinero, pones horas de trabajo, contactos, es lo que se llama smart money», explica el inversor.