El Pequeño Nicolás también se hizo pasar por colaborador de la CNMV

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La Abogacía del Estado estudia querellarse contra Gómez Iglesias

26 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Espía del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), colaborador de la Vicepresidencia del Gobierno y de la Casa Real... y, ahora, asesor de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El Pequeño Nicolás, según han revelado diferentes fuentes del caso, se hizo también pasar por ayudante del supervisor bursátil para conseguir algunos de los contactos y reuniones en los que participó, entre ellos con los letrados de la familia Pujol o del caso Nóos.

De acuerdo a los atestados y documentos, la persona que llevó de su mano a esos encuentros a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, y siempre sin avisar previamente de que iba a ir acompañado, era el técnico de la CNMV Juan Munguira, al que en documentos oficiales se califica de «vocal asesor» del organismo o «asesor legal de la dirección internacional» del ente supervisor, si bien fuentes oficiales de la comisión que dirige Elvira Rodríguez insisten en que es un trabajador más de los 400 con los que cuenta la entidad. La CNMV asegura tajante que «jamás» tuvo relación alguna y de ningún tipo con el Pequeño Nicolás.

La técnica de Munguirao era siempre la misma. Presentarse como «asesor internacional» de la CNMV y pedir una cita con el personaje de interés para el Pequeño Nicolás con la excusa de hacer una consulta jurídica, urgente e importante. Luego, poco antes de la cita, avisaba a su interlocutor que iba a acompañarle una persona de su confianza, otro joven asesor, colaborador o ayudante.

El que aparecía en esas reuniones en Madrid o Barcelona durante este año acompañando a Munguira era un trajeado Francisco Nicolás Gómez, que desde el principio dejaba claro que todo había sido una argucia y que no tenía nada que ver con la CNMV porque en realidad era un enviado de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y mostraba de manera distraída carpetas con el emblema de Moncloa.

Las dos misiones

Munguira fue, por tanto, el introductor de las dos «misiones» que, según el supuesto farsante, le había asignado el CNI: frenar el independentismo catalán «desacreditando» a Esquerra Republicana y tratar de convencer a la acusación popular de Manos Limpias para que rebajaran la presión judicial sobre la infanta Cristina.

El 7 de septiembre Munguira y el Pequeño Nicolás consiguieron reunirse en el hotel Majestic de Barcelona con Cristóbal Martell, letrado de la familia Pujol, al que el supuesto impostor le pidió ayuda para buscar datos sobre escándalos de Esquerra a cambio de un trato más favorable a la familia Pujol por parte de las instituciones y de Manos Limpias. Martell zanjó la conversación y se marchó. Parecido fue el encuentro pocos días después de la proclamación de Felipe VI, que el niño-espía mantuvo con Manos Limpias durante un almuerzo en un restaurante de Madrid. Los resultados, los mismos.

Por otra parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, confirmó ayer que la Abogacía del Estado está analizando si las declaraciones públicas del Pequeño Nicolás «son constitutivas de algún tipo de infracción o delito» y aseguró que, en tal caso, los servicios jurídicos de su departamento «se personarían en las causas que están inicialmente abiertas» contra él.