El polizón magrebí trató de cruzar el Estrecho escondido en el interior del vehículo de su hermano
04 ago 2015 . Actualizado a las 17:33 h.Un marroquí de 27 años falleció el domingo asfixiado cuando intentaba entrar en España en una maleta que iba dentro de un coche embarcado en el barco que une Melilla y Almería, un trayecto se prolonga cerca de cinco horas. El vehículo es propiedad del hermano de la víctima, quien al parecer se encontraba al tanto del plan y fue detenido acusado de homicidio involuntario.
Según detalló el subdelegado del Gobierno en Melilla, Andrés García Lorca, fue el hermano el que encontró al fallecido agonizando poco antes de desembarcar en la ciudad andaluza. Pese a que la maleta era de considerable tamaño, no existía un punto de ventilación y el aire se consumió antes de concluir el trayecto sin que el hombre atrapado dentro pudiera abrirla cuando comenzó a quedarse sin oxígeno.
Reanimación sin éxito
Tras darse la voz de alarma, se intentó la reanimación a bordo por personal sanitario. Para cuando pudo ser atendido en tierra por una ambulancia que esperaba en el puerto almeriense el hombre ya había perecido a causa del tiempo que estuvo sin respirar.
El hermano tiene pasaporte francés por lo que podía entrar legalmente en España. Tras pasar unos días en Marruecos regresaba ahora Europa y el fallecido vio en su viaje una oportunidad de ir con él.
El subdelegado rechazó una negligencia en el control de equipajes de Melilla y afirmó que el inmigrante ilegal pudo colarse en el barco por muchos sitios para luego esconderse en el coche. A continuación, García Lorca lamentó los riesgos que asumen los sin papeles para cruzar la frontera lo que les llevan a intentarlo «en condiciones que sobrepasan la racionalidad».
La muerte del joven marroquí se suma a la de otros cuatro inmigrantes subsaharianos que fallecieron ahogados también este domingo cuando intentaban alcanzar Ceuta a nado.
Según los datos ofrecidos por el subdelegado del Gobierno en la ciudad autónoma, en lo que va de año, 40 inmigrantes han intentado acceder a España ocultos en vehículos e incluso en maletas. El caso más sonado fue el del menor de ocho años al que la Guardia Civil encontró al pasar el equipaje de una mujer por el escáner fronterizo. Tras varios días internando en un centro de menores, el pequeño fue entregado a su madre. Después su padre fue excarcelado aunque sobre el pesa una imputación por tráfico de personas.