Rajoy reivindica su experiencia frente a los que no han sido «ni concejales»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Nacho Gallego | EFE

El líder del PP se trabaja el voto rural ante el empuje urbano de los emergentes. También, ante un público mayoritariamente agrario, defiende las diputaciones 

02 dic 2015 . Actualizado a las 12:09 h.

Mariano Rajoy ha decidido hacer de la necesidad virtud. Si los candidatos del PSOE, Ciudadanos y Podemos pretenden arrinconarle jugando la baza de su juventud y de reivindicar la nueva política frente a la vieja, él hará de su veteranía y su experiencia el principal reclamo de la campaña. Un día después de que Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias se lucieran en televisión en un debate en el que su atril quedó vacío, el líder del PP dio la vuelta al argumento y advirtió de que «en momentos difíciles» como los actuales España, necesita «seguridad, certidumbre y confianza» en el Gobierno. «Lo que yo desde luego no tengo nada claro es que no haber gobernado nunca, ni siquiera una concejalía, es un aval para pretender gobernar en España», señaló en un acto del PP en Olmedo (Valladolid).

Defensa de las diputaciones

Esa experiencia la presenta el líder del PP como un valor en sí mismo, al margen de que, como admitió ayer, él mismo y su partido hayan tenido «aciertos y errores». Lo importante, según dijo, es que el PP ha sido capaz de «dar la vuelta a una de las mayores crisis económicas que ha vivido España en décadas».

Ese mismo esquema de alertar contra la inexperiencia de los nuevos políticos lo aplica Rajoy a los partidos emergentes. Su tesis es que el PP es «un partido serio» que «no se ha inventado ni en una tertulia de televisión ni en una cafetería». Ante un público eminentemente agrario, reivindicó su conocimiento de la España rural y se esforzó en situar al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, como alguien que la desprecia. Destacó la importancia del sector agroalimentario y afirmó que quienes defienden el futuro de los pueblos «cuentan con la razón», mientras que los demás «se equivocan y se confunden». Aludía así a la propuesta de Ciudadanos de acabar con los pequeños municipios y de eliminar las diputaciones, a las que Rajoy calificó ayer de «imprescindibles».

Pero tampoco se olvidó de presumir de los 7.214 millones que su Gobierno ha invertido en Castilla y León a lo largo de esta legislatura, la gran mayoría en AVE y autovías. Y anunció que, después de haber llegado a Palencia y León, «pronto lo hará a Zamora a través de Olmedo y a Burgos y Vitoria a través de Valladolid».

Contratos bonificados

Rajoy quiere jugar la baza de la conexión con la España rural y parece no temer a ese intento de sus rivales de presentarle como alguien ya mayor y de otra época frente al empuje de los jóvenes urbanos que han renovado la dirección de sus partidos. Y lo demostró ayer sentándose en una mesa junto a un grupo jubilados en el Hogar del Pensionista de Olmedo, con los que jugó una partida de dominó, al estilo de lo que hizo Aznar durante muchos años y, antes que él, Manuel Fraga. Aunque, a juicio de los entendidos, su pericia en este juego sea bastante menor que la de sus predecesores.

El líder del PP precisó también los pormenores de su primera gran promesa electoral, la de bonificar la contratación indefinida elevando de dos a cuatro años la tarifa plana de 500 euros para este tipo de contratos para desalentar la temporalidad. «Va a ser más cara la seguridad social del contrato temporal que el del indefinido», señaló. Esa medida es para Rajoy «una de las más importantes operaciones que se van a poner en marcha en la historia reciente de nuestra economía».