Pedro Horrach: «No me arrepiento de nada en el caso Nóos, pero el desgaste ha sido altísimo»

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

J. Grappelli | EFE

El fiscal Anticorrupción asegura que necesita un cambio y alejarse «de los focos»

01 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Sus últimos dos días, desde que anunciara su despedida de la Fiscalía Anticorrupción han sido, confiesa, casi más intensos que las jornadas del caso Nóos. «Estoy agotado», reconoce. Pedro Horrach, el hombre que se convirtió en la pesadilla de los corruptos baleares afirma que su polémica decisión de defender a la infanta es la gota que colma el vaso, pero no la causa principal de su marcha. «Necesito un cambio y alejarme de los focos», apunta con insistencia.

-¿Por qué marcharse ahora?

-Llevo pensando desde hace muchos meses, antes incluso del juicio de Nóos, que estaba acabando una etapa profesional. Lo he reflexionado mucho y con mi gente más cercana, mi ciclo en la Fiscalía Anticorrupción ha terminado. Insisto, hace mucho tiempo que pensaba que mi vida profesional y personal necesitaba un cambio. Era absolutamente necesario.

-¿No tiene nada que ver el desgaste por la defensa de la infanta y el divorcio con el juez Castro?

-(Risas) No, de verdad. Ya sé que nadie me va a creer, pero no ha influido especialmente. Ha sido la acumulación? Pero no hay un motivo específico por el que ahora decida marcharme. Es la suma de todo. Hace tiempo que pensaba que era el momento de cambiar de aires. Han sido diez años en Anticorrupción al máximo nivel, cerca de 60 causas y eso es muy exigente.

-¿Ha sido Nóos entonces la puntilla?

-A ver, no lo voy a negar. El desgaste del caso Nóos ha sido altísimo. A nivel profesional, personal y familiar. Han sido años de muchísimo trabajo y de demasiada exposición mediática. Y al final, el coste de todo esto es muy elevado.

-¿Se arrepiente de algo de su actuación en este caso?

- No me arrepiento de nada en Nóos, pero el desgaste ha sido altísimo. Volvería a hacer exactamente todo lo que he hecho. Hombre, siempre, como en todos los casos, hay algunos aspectos en los que, echando la vista atrás, siempre se puede mejorar. Pero estoy muy satisfecho de cómo se ha desarrollado este caso. En líneas generales, no me arrepiento de nada de lo que hemos hecho durante estos años en este sumario.

-¿Tampoco se arrepiente de la defensa de la inocencia de la infanta?

-Desde el principio de la instrucción hasta el final en todas las causas solo me ha guiado un criterio estrictamente jurídico. También en el tema de la infanta. No he recibido instrucciones jamás. Me he limitado a defender mis convicciones basadas en el Derecho. No hay más. Se mire por donde se mire. Otra cosa es que mi punto de vista no haya sido compartido o no haya sido entendido por la opinión pública. Pero esto es puramente derecho.

-¿Cree que explicó bien su posición respecto a Cristina de Borbón?

-Visto lo visto, parece que no. Quizás no supe explicarme del todo bien. Creo que desde el principio se instaló un prejuicio en la sociedad sobre el tema de la infanta. Un prejuicio, que aún hoy, perdura y que no tiene nada que ver con lo que se ha ventilado en el juicio. Han sido tres años cuestionándome. Luchando contra una pared por mi posicionamiento en el tema de Cristina de Borbón.