En manos del comité federal del PSOE, salvo gran sorpresa

Enrique Clemente Navarro
e. clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Juan Carlos Hidalgo | efe

Sánchez habló en clave interna para contrarrestar a los barones que piden la abstención

01 sep 2016 . Actualizado a las 09:40 h.

Pedro Sánchez quedó ayer preso de su discurso. Es prácticamente imposible que pudiera justificar una futura abstención si el comité federal cambiara la posición del PSOE. Estaría en fuera de juego. Tendría que dimitir. El secretario general fue demoledor con las políticas de Mariano Rajoy, pero también habló en clave interna, para su partido, concretamente se dirigió a los barones que ya han asomado la cabeza pidiendo la abstención o una nueva reunión del comité federal para reexaminar el no a Rajoy, mientras Susana Díaz mantiene un largo silencio. Tras la intervención de Sánchez, si quieren facilitar que gobierne Rajoy tendrán que llevárselo por delante.

Rajoy lo tiene más difícil

El candidato del PP lo tiene más difícil aún después del debate de ayer. No solo porque Sánchez le ha cerrado todas las puertas y ha lanzado un órdago a los barones de su partido, sino porque ni siquiera su socio muestra el mínimo entusiasmo en su apoyo. Albert Rivera dejó claro que no se fía y se ha visto abocado a votarle. Eso son más argumentos para que el PSOE no se abstenga.

A partir de ahora habrá que esperar al 25 de septiembre, en unas elecciones gallegas y vascas, que tendrán una lectura nacional. Si Feijoo revalida la mayoría absoluta y los socialistas sufren un descalabro en las dos comunidades, la posición de Sánchez se debilitará ante el barones críticos. Porque no hay que engañarse: salvo sorpresa monumental (supertamayazo en forma de ausencias en las filas del PSOE, giro total de la antigua Convergència como hizo en la Mesa del Congreso o apoyo del PNV tras el 25S más una abstención), la única posibilidad de Rajoy de ser investido pasa por que se reúna de nuevo el comité federal y cambie de opinión. La opción de que él se aparte y dé un paso a otro candidato que pudiera desbloquear la situación es impensable. Será clave lo que haga Susana Díaz, que hasta ahora se ha opuesto a permitir que Rajoy gobierne, a la espera de que Sánchez se queme si al final decide disputarle la secretaría general.

Los tres noes de Sánchez

Rajoy, sabedor de que tenía que ir con pies de plomo para no espantar a los barones críticos, introdujo una alusión envenenada al distinguir entre el no sin vuelta atrás de Sánchez y lo que piensa el PSOE.

A Sánchez le falla al menos uno de sus tres noes: no a Rajoy, no a terceras elecciones y no a una alternativa. Aunque tanto Iglesias como ERC y la antigua Convergència le tendieron ayer la mano, esa puerta está cerrada. Su escapatoria para salvar la cara podría ser reeditar su intento de pacto a tres con Ciudadanos y Podemos, que se mostró imposible tras el 20D y más aún tras el intercambio de descalificaciones de Rivera e Iglesias.

Con la votación de ayer se puso en marcha el reloj que marca el tiempo para formar Gobierno. Restan dos meses para conseguir algo que ahora parece imposible.