Hasta McGyver visitó el Congreso

rosa belmonte MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Mariscal | efe

Mariano Rajoy funciona al contraataque mejor que Mourinho. Soltó leña a Sánchez y a Iglesias, al que preguntó si a él solo lo votaban los ricos y la gente despistada

01 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer en el Congreso se citó a Azaña, a Cánovas y el estado de Alabama. Esto lo hizo Tardà, pero no brindó por su soberanía a lo Raíces profundas. Tardà lee mucho (en el escaño, a Chaves Nogales) pero no se le nota cuando suelta empoderar e implementar. Luego están los disparates bien dichos. También se citó a McGyver y al Dixan.

Ayer la sesión fue más llevadera. Los espectadores eran casi los mismos (menos Viri, más la novia de Rivera). La madre de Pablo Iglesias repetía. Estaba sentada con dos chicas y las tres parecían público de El diario de Patricia. Fue testigo de cómo su hijo cambiaba la cal por camisas azules y saludos romanos (del PP). También de su puño en alto socialdemócrata.

A las ocho de la mañana, Martínez-Pujalte cruzaba la calle con dos bolsas de papel que parecían dos desayunos. Serían para él y su mujer, Isabel Borrego, que sí es diputada del PP. Eso es un marido. Y un exdiputado. La tomatina del Congreso empezó a las 9.44, cuando Rajoy, con unos folios pintarrajeados, contestó a Pedro Sánchez. Deja que te odie con humor, que no te va a doler. Los populares reían sus gracias. Cospedal reía y cargaba con un colgante que luego se quitó. También reía Alicia Sánchez-Camacho, que se pasa por el dentado lo de ser secretaria primera de la Mesa del Congreso.

Ana Pastor sí respeta la institución y no soltó ni una risa. Ayer iba de rojo, quizá en homenaje a Gene Wilder. Parece una señora antigua, pero allí está dándole todo el rato a su pantalla táctil y con un Apple Watch en la muñeca. Cualquier día viene con un pijama de Star Trek. Sus señorías ya se están dando cuenta de cómo se las gasta. Lo notó Sánchez y Aitor Esteban, que se le quejó porque no les habían comunicado el descanso y le tocaba: «La presidencia ha decidido el punto del receso y no le ha dicho eso o lo contrario». A comer. No se hable más.

Mariano Rajoy funciona al contraataque mejor que Mourinho. Soltó leña a Pedro Sánchez y, sobre todo, a Pablo Iglesias, al que preguntó si a él solo lo votaban los ricos y la gente despistada. Sánchez reprochó a Rajoy que citara el bálsamo de Fierabrás. Hombre, todos nos reímos de lo viejuno de sus referencias en el discurso de marzo, pero no se puede decir con desprecio «siempre a la vanguardia cultural» al referirse al Quijote. El día que Rajoy pronuncie las palabras Marina Abramovic me voy de España.