Caretas fuera

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

08 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En estos tiempos en los que lo que importa más la apariencia de verdad que la verdad misma, los secesionistas han intentado hacernos creer que el referendo independentista es un derecho democrático y que, tan civilizados ellos, lo iban a hacer todo desde un escrupuloso respeto a la ley. Pero por mucho que intenten hacernos comulgar con ruedas de molino, hay evidencias imposibles de camuflar. Y pretender hacer legalmente aquello que la ley no permite es una contradicción en sus términos. Nada hay de democrático ni de legítimo en un proceso que se pretende imponer por la fuerza, al margen de la ley y en contra de al menos la mitad de la sociedad. Pero al menos hasta ahora habían mantenido las apariencias. Hasta que, al avizorar el precipicio, han decidido quitarse las caretas. Imponer una exigua mayoría para alterar unilateralmente, y con fines espurios, las reglas del juego, que es lo que supone la reforma del reglamento, es una burla al Parlamento y un desprecio a la democracia. E intentar, como pretenden, forzar la convocatoria de un referendo de independencia sin debate y a la carrera es uno de los mayores atentados contra la democracia que uno se pueda imaginar. Y con ello quedan retratados.