El Gobierno descarta «contrapartidas» al desarme de ETA

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro REDACCIÓN

ESPAÑA

Atlas TV

Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría trasladan en sendos actos el mensaje de que «no habrá nada a cambio de nada». El Gobierno francés asegura que no van a negociar con la banda terrorista la entrega de las armas

19 mar 2017 . Actualizado a las 11:16 h.

«Ya saben que no habrá nada a cambio de nada, porque nada puede haber». Mariano Rajoy es consciente de que la desaparición definitiva de ETA puede ser una realidad a corto plazo, pero maneja esa expectativa con extrema prudencia. El líder del PP conocía de antemano que la banda anunciaría la entrega de las armas porque así se lo transmitió el lendakari Iñigo Urkullu en una reunión celebrada en Madrid el pasado martes y que el presidente del Gobierno no quiso confirmar oficialmente. Pero, tras consumarse la noticia, su discurso no ha cambiado.

Rajoy deja claro que el Gobierno no acepta condiciones ni contrapartidas a cambio del desarme unilateral. «ETA ha hecho su enésimo anuncio. Ha dicho que se va a desarmar. Me parece bien, y de paso que se disuelva y que pongan fin a esto de una vez». El Ejecutivo, según dijo, aplicará la ley «como siempre». «Y estoy convencido de que Francia también aplicara la ley como lo ha hecho siempre», añadió, evidenciando que tiene garantías de que el Gobierno galo no se prestará a las exigencias de impunidad de la banda.

El portavoz del PNV en el Parlamento vasco, Joseba Egibar, confirmó que Iñigo Urkullu informó directamente a Rajoy de que ETA iba a anunciar la entrega de las armas. El objetivo de esa conversación, según Egibar, era pedir al presidente del Gobierno que se «dejara hacer» a quienes trabajaban por el desarme y que el Ejecutivo estuviera «a la altura de las circunstancias».

Los intermediarios presionan

Según diversas fuentes, esa reunión entre Rajoy y Urkullu se produjo el pasado martes a petición del dirigente vasco, que solicitó al presidente del Gobierno que informara al Ejecutivo francés. El jueves, víspera del anuncio de que ETA entregará todas sus armas el próximo 8 de abril, Rajoy confirmó por teléfono a Urkullu que había trasladado esa información al Gobierno galo.

A la espera de movimientos, los intermediarios de la banda presionan a los Gobiernos francés y español para que se impliquen en el proceso de desarme. El presidente de honor de la organización Liga de los Derechos del Hombre, uno de los conocidos como «artesanos de la paz», Miguel Tubiana, declaró que participar en el desarme de ETA no supone «absolver», ni tampoco «negociar» con la banda sino «dar seguridad al proceso». El expresidente de la Cámara Agrícola del País Vasco francés, Mixel Berhokoirigoin, señaló que el desarme de ETA es «la primera etapa, que abrirá camino a otras» en las que habrá que abordar «cuestiones como las de todas las víctimas y los presos, refugiados y huidos» de la banda.

Las víctimas de ETA desconfían sin embargo de todo este proceso y exigen que no haya ninguna contrapartida a cambio de las armas. El presidente de la asociación Dignidad y Justicia, Daniel Portero, aseguró que el desarme de ETA es «una absoluta farsa generada en el contexto de una inminente aprobación de los Presupuestos generales, donde el PNV tiene mucho que decir y donde el PNV exige al Gobierno un acercamiento de presos de ETA».