Blanqueo de «dinerillo B» en guarderías y negocios con Zaplana

r. G. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Ballesteros | EFE

Según el auto del juez Velasco, Ignacio González se jactaba de tener una relación fluida con el ministro Catalá

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El auto del juez Eloy Velasco con los indicios que justifican la orden de ingreso en prisión de Ignacio González, su hermano Pablo y su hombre de confianza, Edmundo Rodríguez Sobrino, aflora algunas sorpresas. Entre ellas que el expresidente de la Comunidad de Madrid y su esposa blanquearon dinero negro en una empresa de gestión de guarderías y que proyectaban hacerlo a mayor escala en negocios con el expresidente valenciano y exministro, Eduardo Zaplana. Había que blanquear el «dinerillo B», término empleado por Rodríguez Sobrino en una conversación grabada por los investigadores en la que justificaba el tren de vida de su jefe, y qué mejor refugio que las guarderías infantiles. El escrito de 28 páginas del juez señala que González y su esposa, Lourdes Cavero, también imputada en la operación Lezo, constituyeron a través de amigos y familiares una empresa para gestionar centros de educación infantil. El matrimonio controlaba el 20 % de la sociedad.

No era la única manera de diversificar el blanqueo por parte de González, de acuerdo al auto del juez. También se embarcó en negocios con el exministro Zaplana, aunque no queda claro si las operaciones pasaron de la fase de proyecto o se materializaron. Entre ellas estaba la adquisición de una compañía fabricante de un producto para la desinfección de aguas. La investigación apunta a que el expresidente madrileño iba a adquirir el 50 % de la firma «a través de sociedades opacas y testaferros». Zaplana negó de inmediato que haya tenido «ninguna sociedad ni relación mercantil» con González y tacha de «falsas» las informaciones que le relacionan con un presunto blanqueo de dinero. El exministro asegura además que «nunca» ha participado «ni auxiliado a nadie en la comisión de hecho delictivo alguno». Lo que Zaplana no puede negar es su relación amistosa con el expresidente madrileño, como quedó demostrado en la conversación, también grabada, que mantuvieron en la que González afirma, tres meses antes de que Manuel Moix fuera nombrado fiscal Anticorrupción, que sería «cojonudo» porque era una persona afín al PP. El expresidente podría haber obtenido esa información del ministro de Justicia porque en las conversaciones intervenidas presume de estar al tanto de los nombramientos gracias a la información que le proporciona Rafael Catalá. «No me corto en hablar con Rafa», dice en un momento dado.