Moderados

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada hay más radical en democracia que provocar un cambio de Gobierno. Es lo que hacen los ciudadanos de forma natural en las urnas. En términos parlamentarios, su equivalente es la moción de censura. Un arma tan poderosa que por eso la Constitución fija límites y condiciones a su uso por parte de los partidos. Es, como diría Trump, la bomba no nuclear más potente disponible. Y, sin embargo, en Podemos hay a quien le parece insuficiente. «Es lo más comedido y moderado que podíamos hacer», argumentó ayer Teresa Rodríguez. En realidad, no. Es todo lo contrario. Nada hay dentro de la Constitución más extremo. Da la impresión de que a la dirigente andaluza le ha traicionado el inconsciente y han aflorado sus afianzados hábitos de lucha anticapitalista. En realidad, sus palabras reflejan el mar de contradicciones que anegan a Podemos, acentuadas con la defenestración de Errejón. Son la tercera fuerza parlamentaria, y sueñan con ser la segunda, pero no creen en el Parlamento, donde pretenden aplicar las estrategias de la lucha callejera, que es a la que están acostumbrados. Por eso no entienden lo que significa una moción de censura, que utilizan como si fuera un adoquín. Y por eso su pretensión solo ha sido bien recibida por los independentistas catalanes. Es decir, por quienes se han instalado en el desacato y colocado fuera del sistema. Porque, en democracia, fuera de la ley no hay nada.