Puigdemont anuncia otra propuesta que Rajoy ya rechaza por adelantado

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El presidente de la Generalitat, en el centro, durante la clausura de la asamblea general de ANC en Granollers
El presidente de la Generalitat, en el centro, durante la clausura de la asamblea general de ANC en Granollers Marta Pérez | EFE

El presidente catalán reacciona a la presión de las organizaciones independentistas

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A poco menos de cinco meses para la fecha de la consulta, que Puigdemont ha avanzado esta semana que anunciará a finales de julio, las asociaciones secesionistas aprietan sus filas. La influyente Asamblea Nacional Catalana (ANC), protagonista de las manifestaciones del 11S, celebró ayer su asamblea anual, en la que lanzó un mensaje a Mariano Rajoy y otro a Carles Puigdemont. Al Gobierno central, le avisó que cientos de miles de catalanes no se van a rendir en su objetivo de crear un Estado catalán y a la Generalitat le advirtió de que las plataformas soberanistas no aceptarán medias tintas: ni consultas como el 9N, ni mucho menos sustituir el referendo por unas elecciones, como hizo Mas en el 2015.

Carles Puigdemont, presente en la asamblea de la ANC, junto a Carme Forcadell, anunció que en los próximos días trasladará una propuesta de referendo a Mariano Rajoy, a quien hizo una última llamada a sentarse a negociar. La posición del presidente de la Generalitat es que diga lo que diga Madrid, convocará y tratará de celebrar el referendo. «Habrá fecha y pregunta», aseguró. «Aparte la pereza y los prejuicios y asuma su parte de responsabilidad en la resolución del problema que existe en Cataluña», emplazó a Rajoy.

Sin embargo, el presidente del Gobierno ya adelantó que su respuesta a lo que le proponga Puigdemont en relación con el referendo será la misma que siempre, es decir que no habrá consulta. «A mí lo único que me ha planteado el señor Puigdemont es que quiere hacer un referéndum, y yo le he dicho que el presidente del Gobierno ni puede hacer un referéndum porque no es el titular de la soberanía nacional, que le corresponde al pueblo, ni yo tampoco quiero hacerlo», dijo Rajoy en Bruselas.

Hoja de ruta del soberanismo

La asamblea de la ANC aprobó por unanimidad la hoja de ruta que la entidad prevé aplicar para este año y que se basa en una apuesta firme por el referendo, diga lo que diga Madrid. La agenda de la plataforma soberanista contempla varios escenarios. El primero, el que considera que sería el deseable, prevé la celebración del referendo sin ninguna injerencia por parte del Gobierno central. Si ganara el sí a la independencia, la ANC instaría a la Cámara catalana a proclamar de inmediato la independencia. Los secesionistas contemplan además que el Gobierno impida la votación, como así ha anunciado Rajoy, e incluso contempla inhabilitaciones para miembros del Ejecutivo catalán y diputados autonómicos. Si la acción del Gobierno central logra que no haya urnas en el mes de septiembre, la ANC exigirá a la Cámara catalana que declare la independencia de manera unilateral (DUI). Y si los diputados no pueden hacerlo, pedirá que la proclamación la haga una asamblea de cargos electos, formada por concejales, diputados y senadores en Madrid, eso sí, todos soberanistas y sin ninguna legitimidad legal ni democrática.

Un escenario, el de la DUI, que el propio vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, puso semanas atrás sobre la mesa y sobre la que no hay consenso en el independentismo, ya que sectores del PDeCAT la rechazan de pleno. Entre otras razones porque Cataluña estaría declarando la independencia con la mayoría absoluta que Junts pel Sí y la CUP tienen en el Parlamento catalán, pero no tienen una mayoría social, pues en las elecciones del 27S el 52% de la población votó a formaciones no independentistas.

Los secesionistas tapan con amenazas los recelos entre ellos

El secesionismo activa toda su maquinaria y avisa de que estará vigilante en la calle. «Si tenemos que dormir a las puertas del Parlamento para que nuestros políticos puedan convocar el referendo lo haremos», advirtió Jordi Sánchez, presidente de la ANC, días después de que la CUP amenazara con paralizar la economía catalana durante una semana para reivindicar el referendo. Entre las herramientas de presión que tiene la ANC para mantener el desafío con el resto de España están las manifestaciones del 11S, que este año tratará de que vuelva a ser multitudinaria.

El independentismo, como ya hizo Mas, vuelve a utilizar la amenaza como instrumento de negociación: o el Gobierno central se sienta a hablar para pactar la consulta o puede encontrarse con una DUI, como avisa la ANC y aplauden ERC y la CUP. El choque de trenes se aproxima y el secesionismo intenta presentarse unido. Aunque la cohesión en ocasiones es más bien ficticia. La ANC admite que el eslabón más débil que tiene el proceso es la lucha sin cuartel que libran el PDeCAT y Esquerra. El diputado de este último partido Gabriel Rufián hurgó ayer en la herida, marcó distancias con sus socios, porque todos hablan de referendo pero piensan en elecciones, y afirmó que Pujol es «lo peor que le ha pasado a Cataluña», una puñalada por la espalda a los convergentes, molestos con el caso Pujol, aunque aún reivindican el legado político del expresidente. El PDeCAT y ERC se miran de reojo y recelan, mientras la CUP no se fía de ninguno de los dos y pide que al que le tiemblen las piernas, que se vaya antes de que llegue el momento de la verdad.