El PSOE elige entre dos caminos opuestos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Ed

Susana Díaz representa al aparato, defiende la unidad de España y el rechazo total a Podemos; mientras Sánchez apela a la militancia, se enfrenta a los poderes económicos y demoniza al PP

14 may 2017 . Actualizado a las 09:36 h.

El PSOE se juega en las elecciones primarias que se celebran el próximo día 21 mucho más que el liderazgo del partido. Susana Díaz y Pedro Sánchez, los dos candidatos con posibilidades de acceder a la secretaría general, representan dos modelos de partido no solo diferentes, sino prácticamente opuestos. El resultado de esta batalla será decisivo, por tanto, para definir qué papel jugará el PSOE en los grandes retos que aguardan a España en los próximos años y qué espacio político ocupará en el nuevo escenario político. Más allá del enfrentamiento personal, estas son las principales diferencias entre los proyectos que representan. 

Modelo de partido

El aparato frente a las bases. Susana Díaz representa la continuidad en el modelo clásico de la cultura del aparato en el PSOE. Desde muy joven fue escalando posiciones en el partido, partiendo desde la base y recorriendo todo el escalafón hasta situarse, mediante alianzas y batallas internas, en la corriente mayoritaria del PSOE andaluz. Tiene en este momento el apoyo de todo el aparato del partido y de la vieja guardia socialista. Pedro Sánchez representa un proyecto más personal. Carece de carrera interna en el partido, en el que no ocupó prácticamente ningún puesto orgánico hasta llegar a la secretaría general, pero mantiene precisamente por ello una conexión mucho más directa con las bases. Su objetivo es transformar el partido, dando mucha más participación a la militancia. «Estamos a las puertas de un nuevo PSOE», dijo ayer. 

Estrategia frente a Podemos

Rechazo frente a acuerdo. Díaz presume de ser la única presidenta autonómica socialista que no debe su cargo a Podemos. Una circunstancia que ha definido su relación con la formación morada, con la que marcó siempre grandes distancias. Consciente de que el discurso populista de Pablo Iglesias pone en peligro la histórica hegemonía del PSOE en la izquierda andaluza frente a una derecha que los socialistas han considerado siempre «de señoritos», prefirió ser investida gracias a Ciudadanos. «Al PSOE nadie le va a decir lo que tiene que decidir, y además de estar unido, tiene que recuperar la moral de victoria», afirmó ayer. Sánchez comenzó también tachando de populista a Podemos, pero a raíz del mal resultado del PSOE en las generales del 2015 dio un giro radical, buscando el acercamiento, asumiendo parte del discurso de Pablo Iglesias y llamando sin complejos a una alianza con el partido morado para desalojar al PP del poder, aunque esta campaña haya marcado algunas distancias. 

Relación con el PP

Pactos de Estado frente a ruptura. Es tal vez el punto clave. Díaz, que no descarta los grandes acuerdos de Estado con el PP, es una de las promotoras de la abstención del PSOE en la investidura que permitió gobernar a Mariano Rajoy. Considera que lo contrario hubiera provocado un bloqueo político que habría llevado a unas terceras elecciones en las que el PSOE quedaría en manos de Podemos. Sánchez se opone a cualquier tipo de acuerdo con el PP. Su negativa a facilitar con la abstención el Gobierno del PP le costó el cargo. Y de cara al futuro, sitúa al PP, al que considera un partido corrupto, como la única fuerza con la que no llegará jamás a un acuerdo. Ayer, Sánchez afirmó que el PSOE debe volver a situarse en «el lugar que merece» tras «nueve meses conduciendo en dirección contraria». 

Cataluña

Unidad frente a plurinacionalidad. El origen andaluz de Díaz marca su posición en torno al desafío independentista. Defiende firmemente la unidad de España y la igualdad de derechos de todos los españoles. Y se opone tanto o más que el PP a cualquier privilegio político o económico para los catalanes, rechazando todo tipo de pacto con los independentistas. «Quiero liderar el PSOE en todos los rincones de España», señaló ayer. El discurso de Sánchez en torno a la cuestión catalana es mucho más abierto. Comenzó considerando a Cataluña como una nación, cerró filas después con la unidad nacional, habló luego de una «España plurinacional» y ahora de «la plurinacionalidad cultural de España». Con Sánchez, el PSOE no cerraría la puerta a pactos con los independentistas. 

Poder establecido

Integración o choque. Pedro Sánchez está enfrentado en este momento al poder económico, que teme su regreso a la secretaría general. En su discurso cuestiona abiertamente al mundo empresarial, a la banca y a todo el Ibex 35, así como a los grandes medios de comunicación, a los que acusa de estar al servicio de los poderosos y a los que culpa de su defenestración como secretario general. Susana Díaz mantiene buena relación con los grandes directivos de las mayores empresas españolas y es la candidata preferida del poder económico, que ve en ella a una socialdemócrata moderada que no cuestionará la buena relación que, desde la izquierda, ha mantenido históricamente el PSOE con el mundo empresarial.