Podemos apunta al PSOE al presentar una moción de censura descalificada por todos

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

ATLAS

Dice a los socialistas que serán culpables de sostener a los corruptos del PP si votan no

20 may 2017 . Actualizado a las 09:16 h.

Está abocada al fracaso, pero Pablo Iglesias no quiere desperdiciar la oportunidad de convertirse en el protagonista estelar, como candidato a la presidencia, de la moción de censura contra Mariano Rajoy que Unidos Podemos registró ayer en el Congreso. Lo hizo 48 horas antes de que se abran las urnas de las primarias para elegir a su nuevo secretario general. Pero el PSOE en bloque, es decir los tres candidatos, Ciudadanos y el PNV han cerrado el paso a la moción, lo que la hace inviable. Solo aspira a convencer a los partidos independentistas.

Con la tercera moción de censura de la democracia española, Unidos Podemos quiere poner contra las cuerdas a los socialistas, como dejó bien claro su portavoz parlamentaria, Irene Montero, la encargada de presentar la iniciativa, que les advirtió de que quienes voten no a Iglesias estarán sosteniendo al «Gobierno corrupto de Rajoy». 

Secuestrar las instituciones

En la exposición de motivos de la moción de censura, la formación que lidera Iglesias justifica su presentación por «las circunstancias de excepcionalidad y emergencia democrática que vive España como consecuencia de la parasitación de las instituciones del Estado por parte PP», al que acusa de «secuestrar las instituciones y ponerlas al servicio de la defensa de su partido y de los saqueadores de las arcas públicas». Sostiene que este partido «lleva más de veinte años financiándose ilegalmente», «quiebra las reglas básicas de la democracia» y «trabaja al margen de la ley». Y alude a la moción que presentó Felipe González contra Adolfo Suárez en 1980 en unas circunstancias «mucho menos graves», que tampoco prosperó, pero que señaló «un futuro de cambio». El texto, que no incluye un programa de Gobierno, no recoge la exigencia de celebrar un referendo en Cataluña, que los independentistas exigían para aprobar la moción, pero defiende la «condición plurinacional de España». La nominación de Iglesias como candidato la decidió, según Montero, la dirección del grupo parlamentario y no se someterá a la bases. Según la portavoz, es el «único líder» que «no tiene miedo» a Rajoy.

«A nosotros, el PP ni nos intimida ni nos compra y le vamos a hacer frente porque es una obligación hacia nuestro pueblo», afirmó Iglesias, quien negó que Podemos trate de interferir en las primarias del PSOE. «El calendario viene impuesto por la corrupción del PP», aseguró.

Las reacciones de los demás partidos fueron muy duras. El portavoz de la gestora, Mario Jiménez, acusó a Iglesias de poner «el Congreso al servicio de su ego, su frustración y su estrategia de intrusismo, al más puro estilo Putin, en los procesos de otros». Según el presidente de la gestora, Javier Fernández, la moción «es como la manzana envenenada de Blancanieves, con Pablo Iglesias haciendo de madrastra». Mientras el popular Esteban González Pons la calificó de «bolivariana» y acusó a Iglesias de utilizar al Parlamento «como si Maduro fuera el líder de Podemos». Albert Rivera ironizó al decir que se trataba de una muestra más de la «humildad tradicional» de Iglesias, que «se autopropone como salvador de todos los demás con una moción de censura que sabe que no va a ningún sitio». 

Rechazo de los candidatos

Tanto Susana Díaz como Pedro Sánchez no descartaron presentar una moción de censura en el futuro, pero dejaron claro que no existe una mayoría para que triunfe. La presidenta criticó el «teatro» del líder de Podemos, al que dijo le encantaría votar en las primarias socialistas. El ex secretario general aseguró que la moción es «una cuestión de números, no de montar un número». Patxi López señaló que la moción de censura es contra el PSOE.

Hasta que se debata en el Congreso, Podemos va a combinar la ofensiva parlamentaria con las protestas en la calle, con la concentración de hoy en Madrid bajo el lema de Hay que echarlos.

Emergencia democrática. Por «las circunstancias de excepcionalidad y emergencia democrática que vive España» 

La corrupción. Los últimos casos de corrupción y las acciones del Gobierno para dificultar las investigaciones.

 Quiebra de la democracia. El PP quiebra las reglas básicas.

Sin apoyos, para desgastar a su gran rival y capitalizar la indignación ciudadana

Desde el primer momento, Pablo Iglesias sabía que su moción de censura nacía muerta, ya que no tenía ninguna posibilidad de recabar apoyos relevantes. Solo cuenta con el seguro de Compromís, su aliado electoral valenciano. Es decir, 71 escaños de los 176 que necesitaría para derribar a Rajoy y ser elegido presidente del Gobierno. A los que se podrían sumar los de ERC, PDeCAT y Bildu, lo que elevaría la cifra a 90 votos, 86 menos de los precisos. Esto deja claro que el objetivo de Iglesias es rentabilizar políticamente los casos de corrupción que afectan al PP y las supuestas acciones del Gobierno para dificultar las investigaciones. Y, sobre todo, desgastar al PSOE, un partido fracturado y que aún debe elegir a su nuevo líder. Pero la iniciativa tiene un punto débil: Podemos pudo impedir que Mariano Rajoy llegara a la Moncloa si hubiera votado a favor de Pedro Sánchez cuando se presentó a la investidura tras el 26J. Entonces ya se conocían los casos más importantes de corrupción y el SMS que envió el presidente en apoyo de Luis Bárcenas. La formación morada sostiene que no podía hacerlo porque el pacto con Ciudadanos suponía una regresión de derechos, pero ahora, sin embargo, piden su voto. De aquí a que se celebre el debate, Iglesias tratará de capitalizar el descontento ciudadano por la corrupción. La Constitución establece un plazo mínimo de cinco días desde su presentación, pero no hay ningún máximo y queda a decisión de la presidenta del Congreso, Ana Pastor. No será antes de la semana que comienza el 5 de junio, ya que el debate sobre los Presupuestos tiene prioridad. Lo más probable es que sea a mediados del mes que viene.