El sector que respaldó a Díaz en Galicia se repliega sin confiar en que haya integración

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

Oscar Vazquez

Abel Caballero y Pachi Vázquez se acantonan en Vigo y Ourense a la espera de que el nuevo secretario general tome decisiones

23 may 2017 . Actualizado a las 15:15 h.

A la misma hora en que muchos socialistas gallegos celebraban eufóricos la noche del domingo la victoria en las primarias de Pedro Sánchez, el exdiputado coruñés José Luis Méndez Romeu, que experimentó en carne propia lo que significa perder en un proceso de estas características, escribía en Twitter: «Oyendo: integral de sinfonías de Beethoven». Fue su modo de sustraerse de la realidad y girar la vista hacia otra cosa, como hicieron otros dirigentes del PSdeG que se volcaron en la campaña de Susana Díaz y que ahora repliegan velas sin confiar demasiado en que se produzca una integración que permita recuperar la unidad perdida, especialmente cuando dentro de unos meses habrá que elegir en otras primarias al líder del partido en Galicia.

El síntoma más evidente de que todos aquellos que dieron el do de pecho por Susana Díaz se acantonarán ahora en los cuarteles de invierno lo dio este lunes Carmela Silva, presidenta de la Diputación de Pontevedra, que advirtió que, a partir de ahora, no hablará «nada» de las cuestiones internas del PSOE y se mantendrá «a la espera» de las decisiones que tome la nueva dirección.

En la misma línea se expresó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que comprobó el domingo cómo la agrupación más numerosa de Galicia se transformaba bajo sus pies en un campo de arenas movedizas para infligirle una gran derrota en casa, al decantarse mayoritariamente por Pedro Sánchez en vez de por Susana Díaz, a quien Caballero no se cansó de piropear con frases como «eres lo mejor que hay en el partido».

El regidor vigués no solo reconoció la «victoria incontestable» de Sánchez, sino que abundó en que «ahora le corresponde a él llevar el timón del partido y marcar el rumbo del socialismo». Ni una palabra dedicó a hablar de integración, pues insistió en que hay unos ganadores y «los demás no tenemos nada que decir».

Más claro se mostró incluso el ex secretario general del PSdeG Pachi Vázquez, uno de los barones del socialismo ourensano, que representó junto a Caballero, en la provincia de Pontevedra, y José Blanco, en la de Lugo, uno de los principales apoyos de Díaz en Galicia. En tono mucho más crítico, Vázquez manifestó en una entrevista en la Radio Galega que no veía «integración por ningún lado». Añadió que no se siente «nin representado nin representante» del proyecto de Pedro Sánchez y que no entiende cómo la ejecutiva del PSdeG pudo apoyar a quien anuló la ejecutiva o el comité nacional de los socialistas gallegos.

Diferente es la lectura que hicieron otros dirigentes, como Fernández Leiceaga, portavoz en el Parlamento, quien puso en valor la «gran lexitimidade» obtenida por Sánchez para aplicar su programa o Darío Campos, presidente de la Diputación de Lugo, que cree tiene una «lexitimidade indiscutible» para devolver la esperanza a una alternativa política frente al Partido Popular.