Sánchez remodelará el Gobierno este viernes para relevar a Calviño

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia en la Moncloa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia en la Moncloa EDUARDOO PARRA / | EUROPA PRESS

Critica la «polarización asimétrica» de la que responsabiliza a la derecha

28 dic 2023 . Actualizado a las 11:16 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sustituirá mañana a la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, que dejará el Ejecutivo para ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). En su comparecencia en la Moncloa para hacer balance del año político y económico, Sánchez no aclaró si los cambios se reducirán al relevo de Calviño, aunque insinuó que podría haber más al afirmar que «este viernes conocerán a los protagonistas». El relevo llega cuando el nuevo Gobierno lleva apenas un mes en sus funciones. En las quinielas para sustituir a Calviño se encuentra en primer lugar el actual ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, dado que su cartera actual se desgajó del ministerio que ocupaba la vicepresidenta primera.

También se ha especulado con la posibilidad de que la actual vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pase a ocupar la vicepresidencia primera del Gobierno. Los cambios se anunciarán este viernes y se espera que el relevo de Calviño tome posesión ese mismo día. 

Balance positivo

«Un año intenso». Sánchez hizo un balance muy positivo en lo económico sobre un año que calificó de «intenso», en el que los españoles han acudido por dos veces a las urnas. Primero en los comicios municipales y autonómicos y después, debido al adelanto electoral decidido por Sánchez, a unas elecciones generales que dieron el triunfo al PP de Alberto Núñez Feijoo, pero permitieron a Sánchez formar Gobierno en coalición con Sumar, apoyados por los partidos nacionalistas e independentistas. Un Gobierno «limpio y sin tacha de corrupción», afirmó Sánchez. 

Crispación

«Polarización asimétrica». El jefe del Gobierno mostró su preocupación por la polarización política «asimétrica» que, a su juicio, se está imponiendo en el debate público. «Hay gente que insulta y gente que somos insultados», indicó, añadiendo que «hay partidos asediados y líderes que instan al asedio de esas fuerzas políticas». El compromiso del Gobierno, aseguró, es «no entrar en descalificaciones ni en la bronca con mas bronca». «Vamos a hacer del respeto y la urbanidad nuestra forma de hacer política», aseveró. 

Críticas a la derecha

«Busca la desmovilización». Aseguró que la lógica de la derecha y la ultraderecha es «desmovilizar al electorado y crear desafección» para que cuando lleguen las contiendas electorales haya «desmovilización». «Ese no es un proyecto para nuestro país», sostuvo, indicando que el comportamiento de la derecha se debe a la «rabia y la frustración» por no haber conseguido sus objetivos en las elecciones. Consideró legítimo que la derecha se manifieste, pero añadió que «no es aceptable el nivel de descalificaciones e insultos en las últimas semanas».

 Cataluña

«Buscar un punto de encuentro». El jefe del Gobierno eludió en su intervención profundizar en asuntos como la ley de amnistía. Sobre la situación en Cataluña, abogó por una nueva fase de diálogo para encontrar un «punto de encuentro» frente a las propuestas «maximalistas» del independentismo, que plantea la celebración de un referendo de autodeterminación. Una opción que el Gobierno «ni comparte ni acepta».

 Financiación

«Nada nuevo bajo el sol». Sobre las propuestas del independentismo dijo que no hay «nada nuevo bajo el sol», apostando por el diálogo con medidas como la amnistía y un nuevo sistema de financiación autonómico que sustituya al actual, que data del 2005. «Toca reformarlo y actualizarlo. Hablaremos con Cataluña y con todas y cada una de las comunidades», aseguró.

 Afirma que el Ejecutivo «se vio reflejado» en el discurso del Felipe VI

Sánchez mostró su «absoluto respeto» por el discurso del rey Felipe VI el día de Nochebuena y aseguró que es «el jefe del Estado y todos los ciudadanos, voten lo que voten, se tienen que ver reflejados en su discurso». «Nosotros, como Gobierno, nos vimos reflejados en ese discurso», añadió.

Aseguró también que desde los medios de comunicación se tiene que entender que «es condenable» que un líder de otro partido bromee diciendo «me gusta la fruta». «Es algo deleznable y de bajo nivel político», señaló, refiriéndose a las palabras de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para justificar un insulto al presidente del Gobierno que fue captado por las cámaras del Congreso.

«Sí a la concordia»

Explicó que en julio de este año los españoles «decidieron apostar por una agenda progresista frente a la de la derecha y la ultraderecha». «España dijo no a la derogación de avances y a las políticas de retroceso que caracterizaron a los años de Gobierno del PP y dijo sí a la concordia, al entendimiento y a una nación orgullosa de su pluralidad», sostuvo.

El presidente del Gobierno mostró su «orgullo» de la mayoría que sostiene a su Ejecutivo, Un Gobierno que, dijo, pretende «dialogar con todo el mundo y negociar hasta la extenuación para acordar con todos los que quieran hacerlo». Contrapuso las medidas adoptadas por su Ejecutivo para reforzar el Estado del bienestar con las decididas por el Gobierno de Mariano Rajoy durante la crisis financiera. «El Gobierno dará continuidad a todo esto», dijo en referencia a las medidas económicas, «y no renunciará a su principal tarea de proteger y mejorar la vida de la ciudadanía».