La guerra en el Poder Judicial llega hasta la escuela de los jueces

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Imagen de archivo de la fachada del Tribunal Supremo.
Imagen de archivo de la fachada del Tribunal Supremo. Emilio Naranjo EFE

La dimisión del director del centro abre la puerta a que la institución pase a ser dirigida desde Madrid y no desde Barcelona

06 abr 2024 . Actualizado a las 15:15 h.

La guerra intestina en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre los conservadores y progresistas ha alcanzado en las últimas semanas a la Escuela Judicial, una de las pocas instituciones del mundo togado que parecía haber quedado al margen de la lucha entre ambos sectores y de las maniobras de los dos grandes partidos que se disputan sus nombramientos.

El detonante de este nuevo frente en el seno del CGPJ, en funciones desde diciembre del 2018 por la falta de acuerdo para su renovación entre el PSOE y el PP, ha sido la dimisión del director de la Escuela Judicial, Jorge Jiménez Martín, quien el pasado marzo renunció a su cargo justo antes de que el CGPJ debatiera sobre su situación al frente de esta academia, con sede en Barcelona, y por la que están obligados a pasar durante un año todos los futuros jueces tras aprobar las oposiciones.

Jiménez llevaba en el cargo desde julio del 2018. La prohibición legal aprobada en 2021 a que el consejo pueda hacer nombramientos mientras siga en funciones ha alargado su mandato mucho más allá de lo previsto, lo que había provocado tiranteces con el CGPJ y, sobre todo, con su mayoría conservadora.

Ahora, la salida de Jiménez Martín ha desatado una nueva guerra entre los sectores. Esa mayoría conservadora apuesta a que su sustituta de forma interina sea María Jesús Millán, directora de formación continua del CGPJ. Ese puesto tiene su sede en Madrid y su hipotética designación haría que la escuela, que desde su inauguración en 1997 siempre ha tenido su sede principal y su dirección en Barcelona, pasase de facto a estar en Madrid.

En el sector progresista, por el contrario, se apuesta por que sea Clara Carulla, la número dos de la escuela y que tiene su puesto en Barcelona, la que dirija de forma interina la academia.

«Inaceptable»

La batalla por la escuela, como todas las que se están viviendo en el cada vez más polarizado Poder Judicial, ha tenido en los últimos días su traslación a las asociaciones.

Este mismo sábado la progresista Juezas y Jueces para la Democracia expresó su «firme oposición» al supuesto «traslado de la dirección» del centro de Barcelona a Madrid y calificó ese hipotético movimiento de «inaceptable intento de politizar la institución». Desde el otro extremo, la conservadora Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV), la segunda en número de jueces asociados, pidió al Poder Judicial la designación de un sustituto cuanto antes para «garantizar la estabilidad» en el órgano que forma a los nuevos miembros de la magistratura.