El candidato de Bildu pide «perdón» a las víctimas, pero sigue sin llamar «terrorista» a ETA

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago BILBAO / LA VOZ

ESPAÑA

Pello Otxandiano, candidato a lendakari de EH Bildu, este miércoles en un mitin en Santurce (Vizcaya).
Pello Otxandiano, candidato a lendakari de EH Bildu, este miércoles en un mitin en Santurce (Vizcaya). Miguel Toña | EFE

Los aberzales ven la polémica como una «ceremonia de la confusión» y todos sus rivales les critican, pero Moncloa desoye la exigencia del PP de romper con ellos

18 abr 2024 . Actualizado a las 18:21 h.

Pello Otxandiano, el candidato de EH Bildu a lendakari, evitó este jueves, una vez más, romper el gran tabú de la izquierda aberzale: calificar a ETA de terrorista. El lunes, Otxandiano consideró a la organización que mató a 853 personas «un grupo armado», sin entrar en más «consideraciones o denominaciones» porque «pueden ser diversas».

Esas palabras sacudieron la campaña vasca, hasta entonces plana, y fueron criticadas por todos los partidos y por el Gobierno de PSOE y Sumar, que las consideró «negacionismo incompatible con la democracia». Después aclararon que seguirán pactando con ellos en el Congreso.

Este jueves, en el debate de candidatos de El Correo, Otxandiano pidió «perdón» por si sus palabras pudieron «herir la sensibilidad de las víctimas». Añadió que EH Bildu quiere ser un «agente para la reconciliación», como demostraría que «hoy hay gente en sus listas que fue amenazada por ETA». Aunque también aparecen cuatro condenados por su vinculación con la banda. Otxandiano no fue más allá, y evitó llamar terrorista a ETA.

Esa postura entre dos aguas, habitual en la izquierda aberzale, pretende no asustar al nacionalismo moderado y conservar el apoyo de los sectores más duros. La estrategia no es solo de discurso. En las listas de Bildu de las municipales del 2023 figuraban 44 condenados por vínculos con ETA, siete de ellos con delitos de sangre. La polémica fue tal que los siete últimos optaron por no tomar posesión del acta, los otros 37 siguieron adelante.

Desde el lunes, en los mítines de Bildu se ha hecho referencia a las palabras de Otxandiano, pero para considerar la polémica un artificio en interés electoral de sus oponentes, sobre todo del PNV. «Hay quienes generan ceremonias de la confusión para no hablar de sus responsabilidades en la decadencia en los servicios públicos», dijo Arnaldo Otegi.

En todo caso, todos sus rivales vieron insuficiente la disculpa. «Euskadi se merece un lendakari que condene el terrorismo de ETA, por el bien de la convivencia» dijo Imanol Pradales (PNV). Miren Gorrotxategi y Alba García, de Podemos y Sumar, tacharon a ETA de terrorista. También condenaron el «terrorismo de Estado» y la tortura policial.

El candidato socialista, Eneko Andueza, lleva toda la campaña intentando convencer a los vascos de que la línea roja de no hacer lendakari al candidato de Bildu es de verdad. Juegan en su contra los famosos «cambios de opinión» de Pedro Sánchez, que necesita el voto de Bildu en el Congreso. En el País Vasco todos tienen presente lo que Pradales bautizó como «la pamplonada», la entrega de la alcaldía de Pamplona a Bildu por el PSOE navarro, una supuesta línea roja.

Andueza, que asegura que no darán el Gobierno a Bildu, dijo a Otxandiano que «mientras alguien no condene a ETA, podrá ser lendakari, pero nunca será el lendakari de todos».

Sus palabras carecen de credibilidad para el PP. Su candidato, Javier de Andrés, reclamó volver al principio de «no dar poder ni recibir poder de aquellos que no condenan el terrorismo». Ese principio, que a su juicio acabó con la banda, «se ha roto con el PNV y el PSE», por el caso de Pamplona y porque «el presidente del Gobierno de España es presidente por los votos de Bildu».

Esta misma tarde, después de que la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, criticase a Pedro Sánchez por su silencio sobre Bildu, el presidente del Gobierno ha reprochado a ese partido que no califique a ETA de terrorismo: «Hay que llamar a las cosas por su nombre».

Sánchez añadió que «ETA no fue una banda armada, ni un movimiento de liberación nacional, como dijo Aznar. Fue una banda terrorista que fue derrotada por la democracia española».

Por otra parte, confirmó que en el Congreso no excluirán a Bildu y seguirán hablando con todos los grupos,  menos con Vox, porque «Lo que hacemos es acordar medidas que benefician a la mayoría social del país. Con eso está dicho todo».

Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que visitó la sede del Grupo Irizar en la localidad de Aduna (Guipúzcoa) junto a Javier de Andrés, pidió dejar a Bildu fuera de las instituciones hasta que «tengan muy claro la diferencia entre los que matan y los que mueren». Feijoo consideró al PNV y al PSOE una «fábrica de votantes» de la izquierda aberzale, que pretende llevar al País Vasco por la senda «del separatismo y del procés catalán».