La era de la política espectáculo

EXTRA VOZ

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El día de las elecciones andaluzas Tania Sánchez hacía oficial por Facebook su ruptura con el líder de podemos Pablo iglesias. Es el último movimiento de una tendencia que ha aflorado en los últimos años en la política española, esa que adopta tics del mundo del corazón y  el famoseo generando reacciones encontradas

29 mar 2015 . Actualizado a las 22:10 h.

Existen momentos en los que el ciudadano enciende la televisión y se siente confuso. Observa un combate dialéctico. Pero no se sabe si está ante un debate entre la hija de una folclórica que niega que se haya acostado con un boy en una despedida de soltera o si, por contra, lo que ve es una tertulia entre aspirantes a gobernar el país y periodistas especializados en política. Las formas se confunden. Hay los mismos cara a cara con sensación de duelo, amenazas de querella, risas cínicas, interrupciones, gritos ocasionales, ataques personales, protagonismo del presentador, sarcasmo malévolo, suspense mantenido hasta después de la publicidad y aplausos teledirigidos del público.

Lejos de repeler a las grandes audiencias al frivolizar algo supuestamente tan serio como la política, triunfan. Sirva como ejemplo Tele 5 y La Sexta, dando el prime time del sábado a Un nuevo tiempo y La Sexta Noche. Junto a los concursos de cocineros se trata de los programas televisivos más en boga en los últimos tiempos. Todos los partidos luchan por colocar a un representante suyo en esas tertulias. Los políticos se tiran al barro catódico sabiendo que con una malsonancia pueden destacar ahí más que en 100 mítines. Y, en general, da la sensación de que ha llegado una nueva era. Unos la llaman neo-populismo. Otros, la era de la política-espectáculo. Todos coinciden en que la puesta en escena ha cambiado.

El origen se encuentra en una figura: Pablo Iglesias. No ha inventado la tertulia política. Tampoco ha llegado con él la simplificación, el manejo de los medios y los encontronazos con sus enemigos a modo de serial. Pero su carismática figura ha revolucionado el panorama, generando un inusitado interés. Allá por 2013 se coló en la difunta Intereconomía en auténticos «todos contra mí» con tertulianos de marchado signo derechista. Se convirtió en el rey de La Sexta lanzando conceptos como la casta política, los de abajo contra los de arriba o el nuevo patriotismo. Una buena parte de la audiencia se enganchó. Y lo más importante: llegó a gente que estaba totalmente desarraigada de la política.

En cuanto anunció la puesta en marcha de Podemos todo estalló. Le pusieron frente a él a políticos y periodistas opuestos. Empezó el ping-pong verbal en su vertiente más polarizada y simplona. Lo atacaban por recibir dinero dudoso. Él le espetaba a un contertulio que tenía mayordomo. Ponían en duda su capacidad. Él enumeraba sus matrículas de honor y retaba al resto a que mostrase su expediente académico. Le colaban a una Esperanza Aguirre amante del chascarrillo. Y él doblaba la apuesta irónica. De fondo, más aplausos, cortes para la publicidad y la seguridad de que el espectáculo estaba en sus manos. En más de una ocasión dijo ufano que lo llevaban porque subía las audiencias. 

Ha marcado un estilo. Ahora todos los partidos nacionales importantes tienen su Pablo Iglesias particular: ese individuo calculador, que se faja en los debates lanzando eslóganes de partido y, de cuando en cuando, algún término despectivo. Hay que ir al estómago del telespectador. Que si terroristas, que si chavistas, que si franquistas, que si fascistas, que si muerto a sus espaldas... Lo de siempre, pero con más volumen. Mientras tanto, otros abren nuevas vías apelando a Internet o metiéndose directamente en los programas del corazón. 

Son las nuevas formas de una política en la que, tal y como se ha visto el pasado domingo, cuenta hasta una ruptura sentimental. Habrá que ver si cuando encuentren nueva pareja lo anuncian con otro comunicado. Al ritmo que va, no sería de extrañar.   

 TANIA SÁNCHEZ Y PABLO IGLESIAS 

Que dos políticos lancen un comunicado por Facebook sobre la ruptura de su noviazgo habla a las claras del nivel al que ha llegado la vida política nacional. Como si de los dos príncipes de la nueva izquierda se tratase, Tania Sánchez y Pablo Iglesias tal vez creyeron que su historia de amor truncado se merecía ese tratamiento. 

 PEDRO SÁNCHEZ

Al líder del PSOE le ha tocado la tarea de volver a hacer atractivo su partido para el votante de izquierdas. No solo ha creído que participar en programas como El Hormiguero era una buena opción, si  no que llegó a intervenir en Sálvame cuando vio como su presentador, Jorge Javier Vázquez, prometía en directo retirarles el voto si no hacían nada contra el maltrato animal.

 ANTONIO MIGUEL CARMONA

Un clásico que, a golpe de debate, terminó siendo elegido como candidato a la alcaldía de Madrid sin necesidad de primarias. Es el perfil moderado de izquierdas de las tertulias televisivas que presume de autocrítico con su propio partido. También se fajaba en Intereconomía ante el bombardeo de tertulianos conservadores con una sonrisa en los labios.

 MARÍA ARENALES SERRANO

Hasta la llegada de Pablo Casado era la cara del PP en las tertulias. Proclive a los deslices dialécticos, destacaba por su supuesta espontaneidad. Célebre es el titular de una entrevista suya en Interviú: «Me casé con un negro negrísimo y no me di cuenta hasta que llegó a Madrid». De Pedro Sánchez dijo: «Está cañón». 

 TONI CANTÓ

Además de su profesión de actor, al político de UPyD la fama le ha llegado en los últimos años por su manera de usar el Twitter. Un día puso en duda la veracidad de las denuncias por violencia de género con datos falsos. Otro, ridiculizó el modo de pronunciar las eses de Mariano Rajoy.