«El miedo suele conducir a tomar decisiones espantosas»

EXTRA VOZ

benito ordoñez

El escritor que triunfó después de la jubilación

29 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Trabajó durante más de treinta años en las principales agencias publicitarias de Manhattan como director creativo hasta que decidió dejarlo todo e irse a vivir a las montañas Catskill, al norte del estado de Nueva York, como el protagonista de sus novelas. Animado por su esposa, John Verdon (Nueva York, 1942) publicó con 68 años su primera novela, Se lo que estás pensando, que se convirtió en un gran éxito de ventas, a la que siguieron No abras los ojos, Deja en paz al diablo y No confíes en Peter Pan. Ahora acaba de publicar Controlaré tus sueños (Roca Editorial), la quinta de la serie protagonizada por el detective David Gurney, que trata de responder al misterio que encierra esta pregunta: ¿cómo es posible que cuatro personas tengan el mismo sueño y luego se suiciden? Sus novelas tienen más éxito en España que en ningún otro país, como muestra que ya ha vendido más de 600.000 ejemplares, según datos de la editorial.

-¿Cómo ha evolucionado el personaje de David Gurney desde la primera novela que protagonizó?

-Él y su mujer se han hecho más complejos. En la primera novela Gurney era un hombre muy racional que aplicaba la lógica a todo, a pesar de que su mujer le insistía en que se abriese más a las emociones y fuera más espontáneo. Ahora Gurney ya no es tan racional, es más emocional de lo que parecía, tiene un poso de tristeza que antes no se veía. Su mujer Madelaine también ha cambiado y se observan rasgos de vulnerabilidad en ella. No es ni mucho mejor la persona tranquila de las cuatro primeras novelas. Pero en el fondo no es que hayan cambiado, sino que ahora los conocemos mejor.

-A diferencia de otras novelas en las que el protagonista es un detective que lo descubre todo y luego tiene un ayudante que le sirve solo de contrapunto, aquí la mujer de Gurney es más inteligente que él.

-Gurney es un tipo listo pero no lo sabe todo. Es consciente de que su mujer es más brillante que él. Es una característica de mis novelas, aunque no es algo que me propusiera intencionadamente, sino que lo he tomado de mi propia vida, porque mi mujer es más inteligente que yo. 

-¿Qué hay de Gurney en usted?

-Hay mucho de mi vida en mis novelas. Tengo en común con él que soy muy racional, a veces demasiado, le doy mucha importancia al pensamiento lógico. Al igual que Gurney, siempre estoy pendiente de desentrañar la realidad. Mi mujer me dice vive la vida, disfruta, déjate llevar. Pero yo siempre me pregunto el porqué de las cosas. Comparto con Gurney esa obsesión por comprender e involucrarme en la solución de algún misterio. Hay algo que nos diferencia, él es infinitamente más valiente que yo.  Es la versión mejorada de mí mismo. 

-¿Cómo surgió la idea de esta novela?

-Lo que tenía muy claro es el objetivo que perseguía, tratar de crear una situación tan imposible de comprender como en mi primera novela, Sé lo que estás pensando. ¿Cómo es posible que cuatro personas tengan el mismo sueño y acaben suicidándose? Lo que me atrae mucho como escritor es demostrar que algo aparentemente sobrenatural, fuera de toda lógica, tiene una explicación racional. La posibilidad de que alguien pueda controlar e inducir nuestros sueños, nuestro comportamiento, es aterradora. Lo que mí me interesaba es que la solución a ese misterio se lograra a través de un proceso racional. Gurney y yo creemos que todo en última instancia tiene un explicación racional.

-¿Qué diferencia a Gurney de otros detectives?

-Hay dos características que lo diferencian. Una es que siempre observa las situaciones desde una cierta distancia. Siempre se está preguntando si está aplicando el enfoque correcto. El otro rasgo que le diferencia es que pocos detectives confían y dependen tanto de la opinión de su esposa.

-¿Qué método sigue para escribir?

-Llevo una tarjetas en mi bolsillo y dos bolígrafos, por si uno se queda sin tinta, para anotar cualquier idea. Siempre estoy pensando en la novela que tengo entre manos y si de repente se me ocurre el nombre de un personaje, un tono de voz o imagino una escena entera lo anoto. Cuando tengo unas 600 fichas las despliego en una mesa muy grande que tengo en casa y las organizo como si se tratase de una obra en tres actos. Lo que tengo claro desde el principio es cómo es el crimen que se comete, no tanto cómo va a ser el final. Necesito que estén muy claros los elementos que el detective va a ver, lo que es visible, y qué es lo que le va a motivar a investigar. Lo que no sé es cómo se va a resolver el crimen, eso lo dejo en manos de mi detective.

-¿Para qué le han servido su experiencia en el campo de la publicidad  en su labor como escritor?

-No sé hasta qué punto trabajar en la industria publicitaria me ayudó o más bien retrasó que me hiciera escritor. Yo no me puse a escribir después de retirarme de la publicidad, me pasé diez años haciendo muebles, no empecé a escribir hasta los 65. No me ha servido tanto la experiencia profesional que tuve como director creativo sino trabajar en un entorno humano, social, laboral. Esa dinámica de grupo sí me ha venido muy bien para plasmarla en mis novelas. De la publicidad aprendí que a veces la gente dice que quiere algo porque es lo correcto, pero no suele ser lo que realmente quiere. Hay una gran diferencia entre ambos trabajos. Para mí, escribir libros es como buscar la verdad y la publicidad no tiene nada que ver con la verdad. 

-En sus novelas también hay una crítica política y social, por ejemplo al Gobierno o a los medios de comunicación

-No es lo que más me interesa. Lo que me interesan son los individuos que forman parte de esos gobiernos y de esas instituciones. Es muy fácil decir que un Gobierno hace cosas terribles pero lo que hay detrás son individuos que toman esas decisiones. El miedo o el deseo  de poder son los que muchas veces suelen conducir a tomar decisiones espantosas. Me interesan las personas y el mal que albergan en su interior. Para mi, la esencia del mal es la falta de empatía con los demás.

-El miedo es uno de los factores fundamentales de sus novelas.

-Creo que en la vida en general hay dos grandes motivaciones, el amor y el miedo. Mis novelas versan sobre el miedo. Aunque pueda parecer ingenuo, creo que la búsqueda de la verdad puede disminuir el miedo y las conductas disfuncionales motivadas por el miedo.

-¿Cómo prefiere que se califiquen sus libros, novela negra, criminal, de misterio, «thriller», de detectives?

-Me gusta llamarlas novelas de detectives, esto supone la búsqueda de la verdad en una situación compleja.

-¿Por qué cree que atraen tanto estas novelas a los lectores?

-Como ha dicho usted antes un tema central de este tipo de novelas es el miedo, que en última instancia es el miedo a la muerte. Estas novelas abordan los miedos primitivos del ser humano, pero establecen un marco racional a una situación que nos aterra. A los lectores les atrae que en definitiva el detective sea capaz de resolver el misterio y eso es algo que les tranquiliza. 

-Serían el triunfo de la razón sobre el caos.

-Es exactamente lo que quería decir.

-¿Cómo se documenta para sus novelas?

-Tengo un hijo que es teniente de la policía en Nueva York, pero no es mi principal fuente de información. Cuando empecé a escribir Sé lo que estás pensando me resultó bastante fácil documentarme, tenía a mano un par de manuales de la academia de policía que me enseñaron mucho y fui a visitar una academia de política, que también me sirvió. Pero lo curioso es que lo que más me llamó la atención no fue lo que me contaron sino escuchar cómo los oficiales de policía hablaban entre ellos, la jerga y el tono que empleaban para hablar de su trabajo. Aparte de esto he leído unas 200 novelas de detectives. Pero si surge algún asunto más técnico del que no sé mucho llamo a mi hijo.

-¿Hay algún proyecto de llevar sus novelas a la televisión o al cine?

-Hace unos años hubo mucho interés, parecía que iba a cristalizar, había un productor de Hollywood muy interesado, también un actor destacado, tenían la idea de hacer una serie de televisión de calidad, pero al final esto implica ingentes cantidades de dinero y se ha paralizado. Hollywood todavía es un misterio inescrutable para mí.

-Una de sus novelas favoritas es «El sabueso de los Baskerville». ¿Por qué le gusta tanto esta obra de Arthur Conan Doyle ?

-Tiene una estructura similar a mis novelas, sobre todo a esta última. A Sherlock Holmes se le presenta una situación totalmente inexplicable con tintes de esoterismo. Parece que tiene que ver con el pasado de la familia Baskerville. Pero por supuesto topan con  el racionalista extremo, máximo, que es Holmes, que da con una explicación de lo más terrenal, que en el fondo es simplemente el mal que alberga el corazón humano, que tiene muy poco de sobrenatural. En mi nueva novela es similar, al final la explicación es que hay una gente muy mala, muy sucia y con motivaciones muy bajas que está detrás del supuesto misterio. He leído muchas veces esta obra de Conan Doyle y una cosa que me impresiona es que no hay una sola palabra que sobre. Es extremadamente breve para lo compleja que es.

-¿Qué autores el gustan?

-Me gustan los estadounidenses Raymond Chandler y Ross MacDonald. Me parece muy bella su forma de escribir, su estilo es precioso. También me gustan mucho los escritores de detectives británicos, especialmente Reginald Hill, que tiene mucho ingenio, es muy inteligente y tiene una forma de escribir muy elegante. Aborrezco la violencia explicita y el sadismo, no leo ninguna novela en la que aparezcan escenas de este tipo.