Y tú... ¿te tomas bien la pastilla?

Blanca Hermida

EXTRAVOZ OK

¿Sabías que un vaso de leche puede reducir la eficacia de algunos medicamentos? Tomar una pastilla antes o después de la comida, o mezclarla con algunos alimentos, puede variar radicalmente su efecto. Lo mejor es preguntar siempre al médico.

19 jun 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

Cuando el gripazo está a punto de tumbarte lo más fácil es pensar en tomarte un paracetamol con una taza de algo muy muy caliente. Pues podría ser un error. En general, los alimentos y bebidas a temperaturas muy altas bloquean la acción de los medicamentos. Esta es solo una de las muchas cosas que desconocemos cuando nos tomamos los fármacos que nos receta el médico. Con los antibióticos, por ejemplo, se ha extendido en los últimos años la tendencia de consumir bífidus para compensar los efectos sobre la flora intestinal, pero lo que se conoce menos es que los lácteos, también los yogures con bífidus, reducen la absorción de algunos antibióticos (tetraciclinas y penicilinas orales). También va mal la leche y sus derivados con el hierro y con lo s laxantes que contengan magnesio. Por eso, si vamos a consumir los lácteos con estos fármacos conviene dejar pasar al menos un par de horas entre uno y otro.

No toda la información sobre cómo se debe tomar una pastilla viene necesariamente en el prospecto, pero hay algunas normas básicas y trucos que pueden ayudarnos para lograr un mayor efecto terapéutico. Se aconseja, por ejemplo, tomarse siempre la pastilla con mucho líquido, al menos un vaso de agua, porque favorece su absorción. Cuando nos dicen que hay que tormarlo en ayunas quiere decir que tenemos que pasar al menos una hora antes y dos horas después sin comer absolutamente nada. En caso de no tener que estar en ayunas, los expertos recuerdan que los alimentos ayudan a que se disuelva mejor el fármaco, y que no es nada aconsejable tomarlo con bebidas gaseosas, zumos ácidos, café y té.

¡No te saltes la toma!

Entre los errores más frecuentes que cometemos cuando tomamos un tratamiento est´´a el no respetar las pautas con el horario, saltarse alguna toma y, sobre todo, dejar de tomar la medicación cuando nos encontramos bien. Médicos y farmacéuticos recuerdan que esta práctica puede tener consecuencias «muy graves» en casos como la hipertensión, la diabetes o algunas infecciones. Con los antibióticos es imprescindible realizar todo el tratamiento, aunque en unos días notemos la mejoría, porque, en caso contrario , «pueden presentarse resistencias y recidivas que compliquen el pronóstico y un tratamiento posterior», según fuents del Consejo General de colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF).

En el mundo de los tratamientos, además, cada uno tiene su momento. Hay fármacos que deben tomarse por la noche, como los de la osteoporosis o los del colesterol; mientras que otros que son estimulantes van mejor por las mañanas.

Gota a gota

Los tratamientos que se prescriben en colirio, tanto para los ojos como para los oídos, hay que dispensarlos con mucho cuidado. El gotero nunca debe tocar la zona afectada, se debe cerrar bien después de cada uso y, una vez terminado el ciclo, no se pueden reutilizar, así que lo aconsejable es llevarlos a la farmacia. En el caso de los colirios para ojos, la gota se echa en el párpado inferior y se cierra el ojo para retenerla. En los oídos conviene esperar cinco minutos para que la gota penetre bien en el conducto. Con los inhaladores hay que cuidar que las cámaras estén limpias y se recomienda que, después de utilizarlos, tanto los niños como los adultos se enjuaguen la boca, ya que existe la posibilidad de que se produzcan infecciones por hongos.

Y respecto a la caducidad, para evitar errores conviene reparar en que la fecha que algunos medicamentos llevan en la caja no es válida a partir de su consumo, ya que algunos solo duran un tiempo limitado.