Esto es lo que haces mal (y por eso acabas en el fisio)

Natalia Vázquez Giao / M.O.

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CESAR QUIAN

La fisioterapeuta Nelly Álvarez Araújo, especialista en traumatología en el Policlínico HM Matogrande (A Coruña), asegura que la mayoría de los pacientes acuden a la consulta por dolencias relacionadas con la espalda como cervicalgias, dorsalgias y lumbalgias, derivadas de los malos hábitos en el hogar, en el ámbito laboral y por causa del estrés.

16 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Mala ergonomía postural, sobreesfuerzos, movimientos repetitivos, cargas de pesos excesivos... son algunos de los errores más comunes por los que se suele acudir a un fisioterapeuta. La mayoría se desarrollan en la vida laboral, en el ámbito doméstico y en el día a día. El simple hecho de coger mal la escoba o hacer la cama en posturas inadecuadas puede hacer empeorar una patología previa existente. «Hay personas asintomáticas, a las que no tiene por qué pasarles nada, pero si hacen esos malos movimientos con continuidad sí que es probable que les repercuta en la salud», asegura la fisioterapeuta Nelly Álvarez. «La gente descansa muy mal; hay que hacer deporte para relajarse y ayudar a canalizar las emociones; el factor psicológico influye mucho en las posturas que adoptamos: si estás triste tiende a decaer el cuerpo y si estás alegre a erguirse». Pero, ¿cuales son esas situaciones a las que estamos sometidos diariamente? Álvarez Araújo destaca los siguientes aspectos y recomendaciones.

 TAREAS DOMÉSTICAS

Cuando se hace la cama se flexiona el tronco afectando a la musculatura lumbo-sacra, lo que genera muchas lumbalgias y lumbociatalgias. El modo correcto de hacerla sería flexionar bien las rodillas y bajar el tronco y la espalda rectos. Lo mismo ocurre al pasar la aspiradora. Se inclina el tronco hacia delante haciendo movimientos repetitivos en esa flexión dañando los discos vertebrales. Se ha de adaptar el mango de la aspiradora para tener la espalda erguida y movilizar únicamente el brazo. A la hora de lavar los platos se recomienda poner un altillo a modo de escalón para apoyar la pierna y evitar una curvatura de la columna lumbar y que ésta sufra por estar en una semiflexión continua. Gracias al peldaño la columna se desplaza hacia delante, favoreciendo una posición más relajada que no daña el disco. Cuando se carga con las bolsas de la compra se debe equilibrar los pesos para no provocar una inclinación del tronco y de los hombros. Los pesos provocan descompensaciones en el cuerpo. Por eso muchas veces duele a nivel del manguito rotador, la espalda, caderas, rodillas, antebrazos... Lo ideal es coger las bolsas con un peso que no tire del hombro, que no obligue a inclinarse y con el que uno se sienta cómodo.

TRABAJO Y OCIO

Es un mal hábito la semiflexión continua para mirar hacia abajo al utilizar el móvil, los libros, las tablets y el ordenador. Provoca distensión a nivel posterior, aparte de dañar las cervicales. Para evitarlo se deben colocar los dispositivos a la altura de los ojos y con la pantalla recta. En el caso de los libros, un atril sería idóneo para mantener una postura erguida. Si tenemos el teclado y el ratón mal posicionados, hacemos movimiento de antebrazo y no de hombros, provocando tendinopatías. La postura ideal para trabajar sentado: la espalda tiene que estar erguida y los pies apoyados en el suelo. Sería bueno disponer de reposa-pies para favorecer la flexión de caderas y así descansar la zona lumbar. Es muy importante que se camine en los descansos para favorecer el retorno venoso. Si no se hace se hinchan las piernas y los pies y aparece el síndrome de las piernas cansadas. Tener las piernas cruzadas puede provocar descompensación de caderas, en la zona lumbar, a nivel del tronco y de los hombros, produciendo lumbalgias y atrofias de la musculatura, ya que un lado está más acortado y otro más alongado.

EL DESCANSO

En la cama la mejor postura es en posición fetal. Si se duerme de lado y existe dolor lumbar es recomendable poner una almohada entre las piernas a modo de sándwich, o debajo de las rodillas si se está boca arriba, para favorecer la flexión de cadera y para que no haya tanto aumento de la curvatura lumbar. Es muy desaconsejable dormir boca abajo porque se sobrecarga la musculatura espinal y se tiene mala postura de hombros. Tener el tipo de almohada adecuado a cada uno es muy importante. No ha de ser ni muy alta ni muy baja, por ejemplo viscoelástica, de tamaño medio, con la que no se note inclinación ni hacia arriba ni hacia abajo. Para la gente que sufre latigazos que se levantan con cefaleas, Álvarez Araújo recomienda que se pruebe a dormir sin almohada o con una muy fina.

DESPLAZAMIENTOS

Es importante tener bien adaptado el entorno dentro del coche: el asiento a una altura y distancia adecuadas para que los brazos vayan descansados y se llegue perfectamente a los pedales, el tronco recto y el reposa-cabezas en posición correcta. Tiene que haber siempre una pequeña semiflexión de cadera y rodilla. En la conducción los problemas más frecuentes son las lumbalgias y cervicalgias, sobre todo por tensión en los trapecios y el desgaste de los discos intervertebrales al absorber las vibraciones producidas por el coche. Se recomienda hacer paradas en los viajes, estirar y potenciar la musculatura.

ACTIVIDAD FÍSICA

Mantenerse en forma es algo indispensable: «Hay que practicar deportes de doble función, que ejerciten y sean saludables, como natación, pilates y yoga», aconseja la docente. En el ámbito deportivo hay muchísimas lesiones: «Gente que no tiene una buena preparación física, ni un buen tono muscular y se ponen a darlo todo en el gimnasio y hacen repeticiones con mucho peso... Hay que buscar siempre al profesional que te indique qué y cómo trabajarlo». Sin duda lo imprescindible al hacer los ejercicios es tener la espalda erguida y mirarse al espejo para estar en postura estable. «También es mejor hacer más repeticiones de menos peso, que pocas de mucho, porque provocan lesiones como tendinitis, microrroturas musculares, y tendinosis», advierte Álvarez. A la hora de correr, hay que tener en cuenta el ejercicio aeróbico y el muscular (abductores, glúteos, cuádriceps), y ser conscientes de las superficies por las que se corre que son más agresivas y provocan desgaste al rozamiento en las rodillas, en la cadera y la columna. También se ha de tener presente el balanceo de los brazos para que sea rítmico y no sobrecargue la musculatura interescapular. Por último, pero no menos importante, es acordarse siempre de calentar y estirar.

COMO RECOMENDACIÓN

Álvarez recuerda que no hay que acudir al fisioterapeuta únicamente cuando hay alguna dolencia, porque sí que es cierto que es terapia curativa pero también preventiva. Es bueno acudir una vez al mes para estirar, descargar y mantenerse sano: «El fisioterapeuta conoce tu cuerpo, hace un análisis visual y actúa a nivel personal. Todos tenemos cuerpos y circunstancias distintas».