¿Qué le pasa a mi oído?

La Voz

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Existen muchas y diferentes causas que pueden provocar una pérdida de audición. Puede verse afectada por la edad, por alguna enfermedad, por una obstrucción del conducto auditivo, por una exposición a ruidos fuertes, algunos medicamentos, fiebres altas. Etc?

16 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Su capacidad de oír es como una huella digital única para cada persona, por eso dos personas no pueden tener exactamente la misma audición, porque esta es subjetiva y depende de la capacidad que tenemos de oír, escuchar y entender lo que nos dicen.

Desgraciadamente nuestros oídos no escapan a la evolución que afecta a nuestro cuerpo con la edad, provocándonos un declive gradual de la habilidad auditiva, especialmente para los sonidos agudos o de altas frecuencias, dificultando la comprensión de lo que nos dicen. Esto produce un efecto muy curioso, el de oír pero no entender, y genera un sentimiento de frustración, de ansiedad y de aislamiento de los demás, por la incapacidad de entender las palabras que nos dicen, escondiéndonos detrás de una muralla de aislamiento. La pérdida auditiva es una minusvalía invisible e indolora que se desarrolla normalmente a un ritmo tan lento que apenas se nota y de la que los demás no pueden percatarse hasta pasados unos años.

Más de nueve millones de españoles sufren de un problema de audición, y estos ocupan el tercer lugar en importancia de las minusvalías crónicas en nuestro país. Una deficiencia auditiva es normalmente progresiva, es muy poco probable que mejore y con el paso del tiempo, en la mayoría de los casos, empeora si no es tratada a su debido tiempo.

No oír algunas palabras y malentender otras conlleva muchos problemas que pueden cambiar su visión de la vida, como explica José Caballero Catoira, director de Oídos Digitales en A Coruña. No obstante con unos audífonos, una buena reeducación y siguiendo los consejos de su audiólogo, la postura ante la vida y su habilidad para desenvolverse en cualquier situación de escucha deberían mejorar notablemente.

Con el paso del tiempo, es normal que sospeche que le está pasando algo, pero no sabe que le sucede, pues las consecuencias de su deteriorada audición son demasiado evidentes para ser ignoradas. Además, no será usted la única persona que sea consciente de su problema de audición, ya que lo habrá descubierto cualquiera que esté en contacto con usted y ellos serán los primeros en intentar ayudarle. Por lo tanto, haga frente a la realidad, no intente fingir que no le pasa nada a su audición, ni intente engañar a los demás. Cuanto antes admita que tiene una pérdida auditiva y se decida a hacerle frente, antes podrá solucionarlo para bien suyo y de sus prójimos.

No se deje influenciar por dirigismos normalmente mal intencionado e informaciones de otras personas, ni por las fantásticas historias de las últimas tecnologías con las grandes ofertas que le puedan nutrir de falsas esperanzas. La audición es un proceso muy complicado, el sonido que se recoge a través del oído es procesado en nuestro cerebro, que es el que realmente nos hace oír y comprender lo que nos dicen. Busque, por tanto, siempre el consejo de un buen profesional de la audición. Un audiólogo o audioprotesista sabrá comprenderle, guiarle y ajustarle sus audífonos según sus necesidades protegiéndole del shock auditivo y enseñándole a recorrer paso a paso las fases para aprender de nuevo a oír. Recuerde, aprender a usar un audífono requiere de un período de adaptación y aprendizaje.

Personalizado

Todo el mundo oye de una manera diferente, por lo que nuestro audiólogo debe desarrollar un programa que variará según cada persona. Si su pérdida de audición es leve o reciente su período de adaptación será, pues, posiblemente más corto. Si, por el contrario, su pérdida de audición se ha desarrollado progresivamente a lo largo de un amplio espacio de tiempo, la reducción o ausencia de sonido formará ya parte de su audición cotidiana, y su adaptación será más lenta. Recuerde que un audífono por si solo, sin un audiólogo profesional que lo ajuste a su pérdida de audición, no le valdrá para nada y terminará sus días desgraciadamente en un cajón.

Si usted no practica con sus audífonos, no puede esperar que trabajen para usted. ¿Existe alguna ventaja en esperar a que su pérdida de audición sea lo bastante grave como para necesitar un audífono?. No, al contrario. Usar un audífono en las primeras fases de una pérdida auditiva le ayudará a acostumbrarse al sonido captando las palabras que se habían vuelto menos claras debido a su pérdida de audición. Los sonidos de frecuencias altas son los primeros que desaparecen, como las «f» las «s», la «h» o la «ch»... etc. Es como leer un periódico al que le falten estas letras. Se hace realmente difícil.

Pero si su pérdida auditiva se nos hace cada vez más grave, esa dificultad se convertirá en distorsión del habla, porque oímos pero no comprendemos lo que nos dicen, y eso hará mucho más difícil la adaptación a sus audífonos. El experto insiste en que «una pérdida de audición se ve más que un audífono» y recuerda que si se tiene una pérdida auditiva pero queda todavía algo de audición, «esta audición residual en manos de un profesional cualificado es la sólida base en la que va a establecerse su futura audición».