Honda Jazz: pequeño gran monovolumen

MOTOR ON

JAVIER ARMESTO / SENÉN ROUCO

El Honda Jazz es un utilitario de diseño atrevido que sobresale especialmente por la comodidad de uso y las ingeniosas soluciones que incorpora para cargar equipaje. Está dotado de una única motorización de gasolina que rinde 102 caballos

11 sep 2016 . Actualizado a las 10:43 h.

El Honda Jazz se renovó el año pasado sobre una plataforma completamente nueva y más ligera que la del anterior modelo. La tercera generación del Jazz acentúa su configuración monovolumen, pero da una vuelta de tuerca al diseño, mucho más agresivo y rompedor. Las líneas angulosas destacan tanto en el exterior como en el interior, y el frontal muestra la inspiración deportiva de su hermano mayor, el Civic.

¿Cuáles son los puntos fuertes de este modelo? En primer lugar, su comodidad, algo que se aprecia en algo tan simple como entrar y salir del habitáculo, ya que al estar ligeramente elevado esta operación se realiza con mayor facilidad que en los utilitarios tradicionales. El parabrisas es muy inclinado y se sitúa muy adelantado, lo que aporta luminosidad y sensación de espacio. La pierna derecha del conductor no choca con ninguna columna central, como suele ser habitual, y solo se echa en falta una plataforma algo más amplia para el pie izquierdo. Detrás, los pasajeros gozan de mayor espacio que en otros modelos de la competencia, algo en lo que incluye el aumento de la batalla respecto al Jazz del 2011.

Un aspecto a destacar es el Magic Seat System, que permite plegar los asientos traseros y dejarlos en posición vertical ?como si fueran las butacas del cine?, de forma que queda un espacio para cargar fácilmente a través de las puertas objetos de hasta 1,30 metros de altura (como paquetes o la bicicleta de un niño, por ejemplo).

La mayoría de las superficies interiores son plásticos duros, pero están perfectamente ajustados y con un diseño cuidado. Esto se percibe, por ejemplo, en los embellecedores color aluminio de las salidas de aire. Hay huecos bajo la consola central y el reposabrazos, además de uno abatible a la izquierda del volante.

El salpicadero está dominado por un gran cuentakilómetros rodeado por un tacómetro y una pantalla de información. La iluminación es en tonos azules, y tiene la particularidad de que, además del ya habitual testigo de recomendación de cambio de marcha, en los laterales del velocímetro se enciende una luz verde cuando vamos en el régimen correcto, que se torna azul cuando el motor va demasiado revolucionado.

En marcha, el Jazz aprovecha su motor de 1,3 litros y 102 caballos de potencia. Lógicamente se nota la falta de un turbo y la patada que este produciría, pero no carece de agilidad. Muy silencioso al ralentí, se vuelve ruidoso cuando sube de vueltas. El sistema start-stop es rápido y contribuye a un consumo medio correcto de 5.0 litros a los 100 kilómetros. Hay la posibilidad de montar una caja de cambios automática CVT en toda la gama (hay tres versiones, Trend, Confort y Elegance).

A destacar también su reducidísimo radio de giro y un equipamiento que incluye elementos como el ordenador de a bordo, reconocimiento de señales de tráfico, freno activo, avisador de colisión frontal y Bluetooth manos libres.