El familiar que faltaba en la gama

Juan Torrón

MOTOR ON

A pesar de que el mercado ha girado en pocos años al mundo de los recreacionales o SUV, las marcas no han dejado de aumentar sus gamas apostando por siluetas familiares que aportan un plus en espacio de carga, versatilidad de uso y confort de marcha. Ahora el turno es para la silueta Sport Tourer del Renault Mégane.

13 nov 2016 . Actualizado a las 20:47 h.

Dicen todos los estudios que el cliente de un coche familiar lo elige primero por su diseño exterior y después por las múltiples funciones que permite su carrocería. En países como Alemania, Italia y Portugal el éxito de estas carrocerías ya viene de años atrás y es ahora cuado ese gusto empieza a dejarse notar en España, donde el familiar ya no es un coche derivado de la berlina, sino un modelo casi totalmente nuevo.

Es el caso del Mégane Sport Tourer. Su diseño se asemeja a sus hermanos, sobre todo en el frontal, pero su chasis ha sido ampliado en 27 centímetros de longitud, permitiendo así presumir de una amplia capacidad de carga. Además, ha ganado más de cuatro centímetros entre las ruedas delanteras y traseras, repercutiendo esta cifra en el confort de los pasajeros posteriores, que ahora cuentan con un mayor espacio para las piernas.

TECHO MÁS BAJO

El dato curioso de este nuevo familiar es la altura del techo de su carrocería, ya que ha bajado en más de 6 centímetros con respecto a la versión anterior, imprimiéndole así un aire más deportivo con una línea de techo más baja. Su aspecto exterior se completa con una firma luminosa semejante al resto de la gama Mégane, tanto en la parte delantera del coche como en el portón posterior.

Con la llegada de este nuevo Mégane, Renault completa la gama de la cuarta generación de este modelo. La marca del rombo puede presumir, con ello, de poseer la gama más vendida en España en los últimos 20 años.

Con la nueva silueta, el Mégane Sport Tourer presume de un maletero de 580 litros, con una tapa sobre el piso que da acceso a otro espacio para guardar objetos de pequeño tamaño y que así no ruedan libremente por el suelo del mismo.

Además, con una simple tecla situada a ambos lados del coche, los asientos posteriores se pliegan automáticamente para dejar un espacio de carga de 1.695 litros. Y si lo que necesitamos transportar en un momento determinado mide más de 2,7 metros de longitud, todavía hay espacio, ya que se pliega el asiento del copiloto en su totalidad. Renault, además de esta versatilidad de habitáculo, ofrece un amplio abanico de accesorios, desde una bola de remolque escamoteable hasta sillas de niños totalmente avanzadas o soportes de techo para tablas de surf, esquís o incluso cofres de carga. Y es que la marca es consciente que el público que elige estos modelos es cada vez más joven y practica aficiones que les obligan a transportar mucho material.

En cuanto al precio, la versión familiar costará 750 euros más que la berlina. Sus cifras de partida serán los 17.350 euros de la versión más económica de gasolina y los 24.400 euros de la versión más cara en diésel.

También habrá acabados GT y GT Line, con motores específicos y con diferente precio. Para los que no quieran una línea deportiva, Renault propone cuatro acabados: Life, Intens, Zen y Bose.

En el apartado de motores, la marca francesa propone tres potencias diferentes en gasolina, que van desde el básico de 100 caballos al intermedio de 130, que además de caja de cambios manual de seis velocidades puede ofrecer una automática de doble embrague de siete velocidades; y culmina con el más alto de la gama, con 205 caballos. En diésel la oferta es mayor, ya que comienza con el más básico de 90 caballos, capaz de consumir tan solo 3,7 litros a los 100 kilómetros. Continúa con el de 110 caballos -que también se ofrecerá con dos posibles cajas de cambio, ambas de seis velocidades- y el de 130 caballos. Con el acabado GT habrá una versión de 165 caballos y para el próximo año está previsto otro motor de 110 caballos con ayuda eléctrica y denominado Hybrid Assist, que equipará un generador eléctrico y una batería de 48 voltios que se cargará en las desaceleraciones y ayudará al motor térmico en las fases de aceleración. Esto le permitirá situarse entre los consumos y emisiones más bajos del mercado. La versión familiar nos ha gustado por su aplomo en la carretera, con un buen chasis combinado con motores de potencias ajustadas según las necesidades de cada cliente. Frenos eficaces y sobre todo una cómoda posición de conducción lo convierten en un coche agradable, plagado de ayudas a la conducción, pudiendo incluso cambiar la configuración de muchos parámetros con un solo botón.