Dos es compañía, tres son multitud

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

MOTOR ON

Un coche urbano pero con el que también se puede ir «al fin del mundo», perfecto para los que nunca encuentran sitio para aparcar en la ciudad y con más espacio interior y maletero de lo que aparenta cuando lo miramos desde fuera. El Smart ForTwo Coupé solo tiene una contraindicación: no es apto para familias numerosas.

11 dic 2016 . Actualizado a las 18:43 h.

El origen del Smart hay que buscarlo en los microcoches que se fabricaron en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, cuando había escasez de materias primas y carburantes. Así surgieron vehículos como el Biscúter español o el Isetta, producido inicialmente por Iso y más tarde bajo licencia por otros fabricantes como BMW. Medio siglo más tarde, en 1998, el fabricante alemán Smart -englobado en Mercedes- reinventa el concepto con el Smart ForTwo, que como su propio nombre indica es un coche para solo dos personas. Pero, aunque solo mide 2,70 metros de largo, eso no le impide tener un maletero de 260 litros y una gran habitabilidad interior.

El conductor puede regular en altura el asiento y el volante (este último no en profundidad) para encontrar una buena posición. La gran superficie acristalada y el techo panorámico opcional dan sensación de amplitud y solo si nos damos la vuelta o miramos por el retrovisor nos damos cuenta de que no estamos en un coche corriente: el ForTwo termina donde en otros coches empieza la parte de atrás.

Los Smart ForTwo tienen todos motores de gasolina. El que hemos probado tiene 900 centímetros cúbicos, tres cilindros y 90 caballos de potencia apoyados por un turbo. Es algo ruidoso y no es especialmente rápido acelerando (la versión manual hace el 0 a 100 en 10,4 segundos y la automática en 11,3). Y es que, aunque es un coche pequeño, el Smart tiene un peso similar al de cualquier utilitario, algo que le da aplomo y seguridad. Por si acaso, toda la gama trae de serie un asistente de viento lateral: funciona a partir de 80 km/h y actúa frenando las ruedas del lado del vehículo en el que incide el viento para que el coche no se desvíe de su trayectoria.

El ForTwo es de tracción trasera, tiene una caja de cambios automática de seis marchas y opcionalmente puede llevar levas en el volante. El radio de giro es el más pequeño de cualquier coche que he probado, 6,95 metros. Pero lo mejor es que podemos aparcar en cualquier lugar, incluso en batería entre dos vehículos situados en línea. Eso sí, siempre que no sobresalga o nos expondremos a una multa, y también hay que tener en cuenta que los otros coches pueden golpearnos en las puertas, que no disponen de ninguna protección.

Hay tres niveles de equipamiento: Passion, Prime y Proxy. El de serie incluye aire acondicionado, luces diurnas con tecnología led, programador de velocidad, ordenador de viaje y elevalunas eléctricos. Pero el Smart ForTwo puede incorporar elementos como volante multifunción forrado en cuero -de inspiración F1, como el que llevaba nuestra unidad-, alerta de cambio involuntario de carril y calefacción en los asientos.

El Smart ForTwo Coupé está disponible desde 12.070 euros con el motor de 71 caballos. No es barato, pero es un coche exclusivo, con multitud de opciones y accesorios y con un acabado superior a la competencia. También hay una versión Brabus de 110 caballos, un modelo cabrio y próximamente habrá un Smart ForTwo eléctrico. ¿La clave? Se conduce como cualquier coche, está equipado como cualquier coche, pero aparca donde los otros coches no pueden. No hay duda, es el rey de la ciudad.