SV 650: la moto de toda la vida

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

MOTOR ON

Suzuki continúa su apuesta por las motos lógicas con una «naked» que ofrece un gran comportamiento dinámico, gracias a un chasis rígido y un motor muy suelto.

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Eres motero, vas todos los días a trabajar con tu máquina, te mueves por ciudad y aprovechas para hacer cuatro recados en una hora, y los domingos te gusta darte una vuelta por esa carretera de curvas antes de comer. Suzuki ha creado la moto perfecta para ti, mejor dicho, la ha resucitado. La nueva SV 650 recoge el espíritu de su antecesora y ofrece un modelo de corte clásico que no sobresale en nada pero lo hace todo bien. Aquí no hay componentes pata negra, horquillas invertidas, frenos Brembo serie oro, pinzas de anclaje radial, mapas de motor... Es la moto de toda la vida, sencilla pero efectiva, en la que los elementos clave son el chasis y el motor.

Aunque por posicionamiento dentro de la gama del fabricante japonés la SV ocupa el hueco dejado por la Gladius (un modelo que no triunfó por algo tan irrisorio como una mala elección de colores en su lanzamiento, que la encasilló como una «moto para chicas»), la realidad es que no tiene nada que ver. Estéticamente tiene una imagen tradicional pero musculosa, compacta, con un faro redondo y un escape que quizá es lo menos acertado de todo el conjunto. Se sale de la tendencia manga tan en boga y se agradece.

Lo primero que llama la atención al montarse en ella es la posición de conducción. El sillín hace una suave curva hacia abajo que nos obliga a adoptar una postura de ataque, aunque no tan forzada como en una deportiva con semimanillares. Las piernas van bastante retrasadas, pero nos sentimos cómodos y pronto descubriremos que es la posición perfecta para manejar esta SV.

Es una naked pura, así que no hay pantalla ni carenado que nos proteja. El cuadro de mandos es una pantalla digital monocroma (heredada de sus hermanas mayores, la S1000) que ofrece toda la información de un vistazo, velocidad, revoluciones, cuentakilómetros, nivel de gasolina, temperatura del motor e indicador de marcha engranada. La iluminación es en blanco.

En marcha, la SV 650 destaca por su agilidad. Tiene salida nada más dejar de apretar el embrague y, tras una primera corta, enlaza marchas con una soltura increíble. Es fácil despistarse y superar los límites legales de velocidad, porque a pesar de su sonido sordo, típico de un bicilíndrico, sube de vueltas con alegría. La rigidez del chasis multitubular y unas suspensiones tirando a duras proporcionan un comportamiento dinámico excepcional. Ya sea en ciudad, como en carreteras abiertas o reviradas, la satisfacción es enorme.

El sistema de frenos, con ABS de serie, sin ser excepcional es plenamente solvente. La SV pesa 196 kilos en orden de marcha, así que tampoco hay mucho que parar. Y en cuanto al consumo, tras una ruta de 50 kilómetros extraurbana, arroja una media de 4,4 litros a los cien. En zonas urbanas puede aumentar medio litro como máximo. La capacidad del depósito es de 14,9 litros, con lo que la autonomía roza los 300 kilómetros.