Toyota Land Cruiser: de estos ya casi no quedan

Jesús Flores Lojo
Jesús Flores REDACCIÓN / LA VOZ

MOTOR ON

Sebastien Mauroy

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que los 4x4 llenaban los párkings de los hipermercados y hacían cola a la puerta de los colegios. Los SUV les han cogido ahora el relevo y los todoterreno puros vuelven a su lugar.

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es grande, es pesado, para subirse a él no vendría mal un taburete, consume mucho y, a no ser que elijas (y pagues, en un largo recorrido que va desde los 38.000 euros hasta los setenta y tantos mil del más completo) una versión con un alto equipamiento, tampoco es un coche que muestre muchas delicatesen en el menú del día. Pero bueno, tampoco las ofrecían aquellos todoterrenos que en la década de los noventa y años posteriores (hay quien sospecha que en esa época no quedó en Alemania un solo Mitsu Pajero de segunda mano, pues todos venían para España) nos miraban desde su altura al resto de los conductores, en una extraña invasión, antes de que los majetes SUV, con su cuidada estética y su mecánica aligerada, ocupasen su sitio. De aquellos años raros (en los que un amigo le decía a otro que se había comprado un todoterreno para ir a esquiar a Andorra y el otro le respondía con sorna si es que iba desde Madrid a la estación de Grandvalira en línea recta) solo quedaron los mejores 4x4. Sobrevivieron los más fuertes.

Y es en ese trono donde se encuentra el Toyota Land Cruiser. Porque estamos hablando de uno de los pocos todoterrenos puros que quedan en el mercado, de un coche diseñado, ante todo, para rodar fuera del asfalto y cumplir, simplemente, con el expediente cuando no le dejan hacer compañía a las cabras. Ahí, lo mismo que el Mitsubishi Montero, el otro gran icono de esta categoría, no tiene muchos rivales, porque la marca japonesa, que para eso ya tiene otros vehículos más light en su catálogo, echa el resto en este icónico modelo de campo a la búsqueda de un cliente que de verdad necesita estas prestaciones. A ver qué SUV o todocamino ofrece control de avance lento, bloqueo de los diferenciales central y trasero o suspensión de dureza variable, por citar alguna de las cosiñas que el Toyota Land Cruiser le recita en su cuadro de mandos a quienes estén dispuestos a echarse, literalmente, al monte. Entre los cambios que la marca japonesa le hizo a este coche en el 2016 el más significativo es el de su motor 2.8 de 177 caballos, eliminando el 3.0, entre otras razones para cumplir con la norma Euro 6. Aparte de eso, este propulsor logra unos consumos más racionales, teóricamente del siete y pico en conducción mixta, aunque en la prueba que le hemos hecho esta cifra se iba hacia arriba con facilidad. También Toyota asegura haber hecho un esfuerzo con las suspensiones para que dentro del asfalto nos de un respiro: todo lo que siga mejorando en este sentido seguro que será bien recibido por sus propietarios.